viernes, 13 de marzo de 2009

La cuadratura del círculo. Características de nuestros estudiantes postmodernos y su impacto en la Didáctica


* Son más instantáneos que procesales.

* Más informatizados que comunicados porque desarrollan más relaciones con la computadora que con las personas.

* Sufren de “Mutaciolatría”, o sea adoración por el cambio. Debido a esto un docente puede sufrir la “maldición” de la Reina de Corazones que dice que lo que funcionó ayer puede no funcionar hoy.
Cuando Alicia jugaba al ajedrez en el país de las Maravillas, la Reina de Corazones modificaba las reglas del juego cada vez que ella movía una pieza.

* Ven a la verdad como algo relativo o inexistente. Más que buscar una verdad buscan algo que funcione.

* Repudian a la razón como fundamento de los asuntos humanos. Debido a esto se impone la “sensatez” del conformismo, lo limitado.

* El estudiante postmoderno se sitúa en la época del capitalismo global: “detrás de todo gran hombre hay un gran auto”, “la zapatilla que tenés en tu pie dice mucho de lo que sos”.

* Sufren de un "vértigo de imágenes electrónicas" que sustituyen a la realidad.

* Son criaturas visuales ya que viven en la “iconosfera” y se puede decir que son aprendientes digitales ya que se calcula que al terminar la secundaria han pasado 20.000 horas mirando televisión, 10.000 horas hablando por celulares, 10.000 horas jugando videojuegos y han mandado y recibido más de 200.000 mails o mensajes de texto.
* Esto plantearía la necesidad de investigar las prácticas sensoriales propias de la cultura de nuestros alumnos, ir hacia una antropología sensorial de los estudiantes postmodernos para poder mejorar nuestras estrategias educativas.

* Ya no tratan siquiera de interpretar los signos sino sólo de consumirlos

* Se destaca en ellos la pérdida de certezas.

* Los jóvenes poseen un vocabulario propio y un sistema de signos muy diferente al que utilizan los profesores por lo que la relación educativa se hace más tensa y difícil, más legal y material que íntima y personal.

* La educación institucional no se adecua al ritmo y vida de los jóvenes.

* El triple núcleo axiológico de la postmodernidad es el relativismo, el presente perpetuo y el esteticismo.

* En el relativismo todo es materia opinable.

* La postmodernidad nos muestra el presente como el mejor modo de vivir la realidad. Lo que cuenta es el aquí y ahora, liberándose de las ataduras y remordimientos del pasado y de las angustias y preocupaciones del futuro (una especie de “Memento” amnésico). La vida se percibe como un presente en cambio permanente, todo “depende de...”. El consumismo nos da un nuevo “look”, un placer hedonista, un status social que valora más las apariencias que la realidad.

* Esta moral provisional va modificando constantemente su posición

* El postmoderno se instala cómodamente en el “pensamiento débil” y superficial: lo que hoy siento y pienso no sé si lo mantendré mañana.

* Se movilizan en una pluralidad de formas de justificación.

* Fragmentación moral e individualismo narcisista: La moral también queda fragmentada sin principios fijos que la sustenten, convirtiéndose el yo en el centro de la acción. Todo vale y la moral es narcisista-hedonista, todo queda relativizado al sujeto y a cada momento. Así se elude el sentimiento de culpa y se provoca un individualismo hedonista y narcisista.

* Pluralismo de valores. Todo vale. El valor es algo circunstancial.

* En la Postmodernidad el valor se considera subjetivo: Se confunde el valor con el interés y la necesidad. Disminuyen las posibilidades de valores universales.

* Los postmodernos reducen la ética a la estética ya que importa más la estética que la ética.

* Lo personal prevalece sobre lo social. La Postmodernidad ha optado por el individualismo, lo singular, la sociedad como medio, siempre al servicio y subordinación de la persona.

* Se llega a la mercantilización del conocimiento. El conocimiento recibe legitimación solo por la eficiencia. No existe un conocimiento desinteresado. La educación se ha vestido de luto para celebrar el entierro de la epistemofilia, el estudio por amor al conocimiento.

* Hoy ya no se pregunta por lo verdadero sino por cuál es el uso de un conocimiento, cuál es su grado de eficiencia.

En definitiva los alumnos posmodernos tienen ciertas características que nos hacen recordar a los sofistas del siglo dorado ateniense:
- Relativismo: Nada es estable, no existe una verdad absoluta.

- Subjetivismo: Todo depende del observador.
- Escepticismo: Nada se puede conocer con certeza.

Por esto no debe sorprendernos la trillada compulsión binaria: “Me saqué un diez me puso un uno”.

En el alumno postmoderno (o, como lo denomina Juan Vasen, el postmocoso) predomina la lógica de los medios y del consumo, el presente sobre el futuro y la imagen sobre la palabra.

Todas estas características de nuestros alumnos postmodernos apuntan hacia una educación que se instale como un arte de frontera. Esta necesidad se justifica porque el educador transita un territorio fronterizo debiendo satisfacer simultáneamente las necesidades del alumno (sensorial, veloz, concreto, emotivo) y de la institución educativa (abstracción, racional, reflexión, ritmo pausado).
Mediar en la era de la tecnología implica moverse con habilidad y “cintura” en la frontera entre la palabra y la imagen, entre el libro y la “compu”, entre lo intuitivo y lo racional, entre la emoción y la reflexión.

Para finalizar quiero destacar firmemente que esta descripción del alumno postmoderno no es de ninguna manera peyorativa y que muchas de estas características tienen sus causas bien justificadas ya que en un gran porcentaje son la reacción a la debacle que sufrió la promesa de la modernidad y el discurso de la razón durante el siglo XX con sus dos guerras mundiales, genocidios, hambrunas generalizadas, etc., etc., etc.


Hasta la próxima. Robi

1 comentario:

  1. Robi, como "estudiante postmoderno" me siento muy identificado con tus apreciaciones sobre el relativismo, el subjetivismo, y el escepticismo; no es así con el conformismo, el dominio de lo estético sobre lo ético o con el abuso de pantallas, entre otras cosas. Pero sí me siento algo identificado – también- con la moral narcisista-hedonista, aunque sólo por momentos. Por supuesto que considero que tu visión es tan respetable como subjetiva, pues describe un fenómeno que representa una generalidad, pero no la individualidad (como verás mi manera de pensar está condicionada, justamente, por lo que vos explicás). En mi opinión, las "dos guerras mundiales, genocidios, hambrunas generalizadas, etc..." son "los tatarabuelos" de este atentado al neocortex; “los padres” serían: el autoritarismo, la subestimación, la violencia familiar, el conformismo, y la mediocridad docente de las escuelas primarias y secundarias, en la que se manifiesta la priorización de fomentar un modelo "mécanico-práctico" en lugar de la apertura reflexiva, el debate y el pensamiento “propio”. En este contexto los ideales y las pasiones se pierden o son impuestos -con escasas barreras- por los medios de comunicación; no hay procesamiento de la información o de la percepción como filtro en el camino de la incorporación de lo aferente, desencadenando el predominio de conductas reflejas o estereotipadas. Pero esta observación tiene sus sesgos: mi campo perceptivo es acotado; estoy haciendo referencia a un sector reducido del conjunto de jóvenes argentinos, en el cual me desenvuelvo, convivo o miro de lejos. Mi opinión no es universal; no puede serlo (relativismo, subjetivismo y escepticismo). Al margen de esto, pienso que tu labor docente es excepcional; aunque me encantaría que des más clases (incluso con mayor abordaje filosófico) y que la duración –de las mismas- sea algo más extensa. Saludos. Facundo De Ciervo, alumno de 4º año del Instituto Universitario Escuela de Medicina del Hospital Italiano de Buenos Aires.

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