viernes, 31 de julio de 2009

Relación Médico – Paciente: Un enfoque antropo-etimológico


“El médico es el primer medicamento que él prescribe”. M. Balint.

“La relación médico – paciente es el encuentro de una conciencia, la del médico, con una confianza, la del paciente”. Duhamel.

“En los hospitales la gente se muere de hambre de piel.” Walter Benjamin

“La diferencia entre Dios y los médicos es que Dios no se cree médico.” Martin Winckler

“El médico verdadero, el que se interesa por el dolor y la miseria de la sociedad en la que vive, no puede prescindir de ser un sociólogo.” Aráoz Alfaro

“Algo anda mal cuando los médicos pasan más tiempo con su contador que con sus pacientes.” Bill Clinton


Decía el Principito que “lo esencial es invisible a los ojos”. Si uno mira la relación médico – paciente solamente con ojos de “biólogo” falta lo esencial, lo invisible.
En esta relación entre el que sufre y el que lo contiene, lo esencial está en lo social, o sea en lo histórico, lo ideológico, lo económico y lo cultural.
Y falta lo esencial porque en el reduccionismo biológico el paciente es un individuo no social y, como decía John Dewey, esto “es una abstracción a la que se llega imaginando lo que sería el hombre si le quitaran todas sus cualidades humanas”.

Educar es instituir alguien nuevo en la humanidad, hacerlo entrar en la cultura, permitirle insertarse en el mundo.
¿A qué se debe prestar atención para que esta educación en las facultades de medicina, esta salida de, que debe hacer salir de un estado para luego entrar en un estatus no sea inhumana, incapaz o inconsistente?
Creo que se debe prestar atención a educar a los aprendientes en múltiples aspectos:

- A que NO existe un dolor meramente orgánico ni experiencias de enfermedad desprovistas de contenidos culturales.

- A que mientras la enfermedad es una categoría médica, el sufrimiento, en cambio, es la visión del propio enfermo, es su subjetividad, comprende tanto lo simbólico como la materialidad de su padecimiento.
Para llegar al sufrimiento no basta con el clásico “interrogatorio”. Interrogamos los jueces, los policías y los médicos. Los tres estamos uniformados y los tres “internamos”, somos partícipes de alguna manera de control social. Para llegar al sufrimiento, más que al interrogatorio, debemos estar dispuestos a un “escuchatorio”.
En la facultad enseñamos a auscultar pero no a escuchar. Es muy común que en las recorridas de sala con los residentes vayamos a “ver” los pacientes, jamás a escucharlos.
El modelo actual se ha reducido a una medicina del cuerpo abandonando a la medicina de la persona. Al descreer del efecto simbólico se ha anatomizado el sufrimiento.

- A que la principal “víscera” del médico no tiene como relación postero-medial al cuadriceps (o sea el bolsillo). Pensar con la billetera las indicaciones médicas o quirúrgicas se ha transformado en una pesadilla diurna.

- A que confundimos trágicamente las “diferencias” con los sujetos pensados como “diferentes”. Los “diferentes” obedecen a una invención, a una construcción. Las diferencias no pueden ser presentadas en términos de mejor o peor, superior o inferior, etc.
Son simplemente diferencias. Pero el hecho de traducir a algunas de ellas como “diferentes”, y no como diferencias, las posiciona como negativas a la idea de “norma”, de lo “normal”, y entonces de lo “correcto”.
Esto sucede con todas las diferencias sean éstas raciales, sexuales, de edad, de género, de cuerpo, de generación, de clase social, de religión o etnia.

- A que el Hospital y el consultorio son una suerte de campo antropológico visitado por quienes han perdido la salud o, simplemente, se sienten enfermos.

- A que perfectamente los análisis y las imágenes pueden ser normales y el paciente seguir sintiéndose mal sin ser un simulador o un “histérico”.

- A que antropológicamente el factor mágico es muy importante en la relación médico – paciente. Por magia entendemos todo aquello que el hombre hace sin entenderlo ni explicarlo, pero con la convicción y esperanza de que resultará efectivo, constituyéndose como una ciencia sin racionalidad o una religión sin teología. La magia tiene tres características: aparece en momentos de incertidumbre, es compulsiva y tiene efectos de alivio (es catártica).
Tanto el médico como el paciente se apoyan en la magia.
El “galeno” se recuesta en la magia cuando indica irracionalmente tratamientos (como por ejemplo antibióticos, quimioterápicos, y un laaaargo etcétera).

- A que el paciente para el médico organicista es un ejemplo paradigmático del homo duplex descrito por Durkheim: “Hay dos seres en el hombre: un ser individual que tiene su fundamento en el organismo y un ser social que representa la más alta realidad en el orden intelectual.” Frente a este tipo de médicos el paciente está sujeto a la mirada cosificante del otro.

- A que la palabra que se intercambia en la entrevista médica viene rodeada de ansiedades y dudas: existe una situación de riesgo físico a la que se agrega el riesgo del malentendido entre el médico y el paciente, que pueden compartir el mismo lenguaje, pero no necesariamente un mismo código que los comunique.
Los estudiantes de medicina aprenden cinco mil palabras nuevas en el primer año de su carrera, cuyo origen y significado, en su mayoría, desconocen.
Este vocabulario, en vez de fortalecer y ampliar su conciencia profesional, actúa muchas veces como una muralla abrumadora, una pantalla opaca o un sistema de pasaje, que los convierte en hablantes y habitantes de un dialecto hermético, separados del resto de la sociedad, poseedores de un secreto que les confiere a la vez poder y lejanía, en suma, los conduce a la alienación.

- A que, al confundir comunicación con información en la relación médico-paciente, la despojamos de su contexto humano, de la interrelación personal que debe primar en ella.

- A que a la jerga del oficio se une una tecnología muchas veces intimidante: un lenguaje de rayos, tubos y metales que se propaga entre la herida y el que sufre. El hospital, etimológicamente, es sitio de hospedaje, pero también, muchas veces, un recinto de alienación y hostilidad.
Las pocas palabras que puede intercambiar un médico sagaz con su paciente, deducidas de su historia clínica, sus datos personales y su presentación verbal ante el médico, son más fecundas en la vida de éste que el tratamiento más admirable.
Lamentablemente, en atención al progreso y a la ciencia, el ojo clínico desplaza y sustituye a la voz y a la intimidad del tacto que establece la confianza entre el médico y el enfermo.
Al pasarse de la mano al ojo (un “tele” receptor) se pierde la sensación de la piel sobre la piel, algo que ya en sí mismo, es terapéutico.

- A que el asombroso avance tecnológico de las últimas décadas puede llevarnos peligrosamente a no considerar al hombre como un fin en sí mismo sino como un medio, como un uso de y para la tecnología.
Esto contraría el imperativo categórico moral kantiano del fin en si mismo
[1].
Platón decía que los médicos tenían que tener dos condiciones: una era la aptitud que le daban sus conocimientos y habilidades para curar la enfermedad, y a ésta la llamó tekné (de allí tecnología), con lo cual era un buen técnico. Pero para ser un buen médico tenía que tener además la actitud de una persona que cuida a otra persona y decía que esto es el medeos. Por lo que, etimológicamente médico es la persona que cuida a otra persona.
Los médicos más como seres humanos (como medeos) que como técnicos tenemos también efectos sanadores sobre los pacientes.

- A que el médico contemporáneo reprime en sí la predisposición al contacto físico, la delicadeza, el cuidado por los detalles y una empatía y ternura por el desamparo o la debilidad del otro.
“El galeno” debe tener la idea de que la medicina debe ser algo más que el mero restablecimiento físico del enfermo, ya que incluye su bienestar general y su reinserción total entre sus allegados.
Desde el punto de vista lexical quienes ejercían la curación entre los griegos eran equiparados con aquellos fieles servidores guiados por el afecto hacia la persona. A este grupo se vincula el verbo therapeuo (servir). Therapeuo designa al encargado de cuidar al enfermo como servidor. Si therapeutés pudo llegar a designar al médico fue porque en su raíz estaba la de “encargado de cuidar” y esta noción de cuidar consistía la esencia del servir.
En therapeuo las confluencias de sentido son evidentes ya que significa tener cuidado de, tener solicitud por, servir, prestar cuidados médicos.
La raíz med (medicar, médico, medicamento) puede definirse como medida, no de medición sino de moderación, apta para reinstaurar el orden en un organismo enfermo. Medicus deriva de medeor, cuidar.
El hombre que “sabe los medea”, no es un pensador, sino uno de los moderadores que sabe tomar las medidas que necesariamente se imponen.
Medeor, del latín, significa tratar una enfermedad según las reglas.
La noción no es hacer recobrar la salud a un enfermo sino someter a un organismo alterado a reglas.
Las distintas palabras que en las lenguas indoeuropeas representaban el verbo curar llevaban exclusivamente un complemento de persona, no se curaba algo sino que se curaba a alguien.
El latín medeor representa un cambio ya que el objeto de atención del médico ya no es el paciente sino la enfermedad, que se presenta ante sus ojos junto con el conjunto de reglas para tratarla.
La relación ya no es médico – paciente sino médico – enfermedad.
Desde la antigüedad, hablando de medicar y de médicos, alternan dos conceptos: ¿el punto de partida es el enfermo o la enfermedad?
En el primer caso, el médico es la persona que cuida, que cura, que se pre-ocupa por el bienestar de quien esta a su cuidado, en el segundo es el especialista que arregla desperfectos orgánicos.
Esta disyuntiva sigue marcando el vocabulario médico y la naturaleza de la medicina.
En su remoto origen doctor significaba maestro, es decir el que enseña. Por lo tanto los pacientes pretenden acceder a alguien que pueda cuidarlos y enseñarles a salir del su mal. Pareciera que en el fondo del idioma el paciente conociera que hay algo que tiene que aprender a cumplir. Este contenido docente, inexcusable en el hecho médico, implica una relación de enseñanza y aprendizaje, que rige la relación médico – paciente.

[1] Imperativo Categórico: Es un mandato con carácter universal y necesario, prescribe una acción como buena de forma incondicionada, manda algo por la propia bondad de la acción, independientemente de lo que con ella se pueda conseguir. Declara la acción objetivamente necesaria en sí, sin referencia a ningún propósito extrínseco. Para Kant sólo este tipo de imperativo es propiamente un imperativo de la moralidad.
Kant da también unas fórmulas generales del imperativo categórico, fórmulas que resumen todos los mandatos morales. Una de ellas es la Fórmula del fin en si mismo: "Obra de tal modo que uses la humanidad, tanto en tu persona como en la persona de cualquier otro, siempre como un fin al mismo tiempo y nunca solamente como un medio"

miércoles, 29 de julio de 2009

Diez formas de cómo ser un pésimo presentador.


Consejos generales: esté nervioso (o sea transfórmese en una balbuceante masa viscosa hiperventilada de gelatina sudada), tenga una preparación insuficiente y no conozca a su audiencia.


1. El Speedy González (“Rapidín”): De cero a 60 palabras en 5,6 segundos.

Es normal ponerse nervioso cuando uno comienza una presentación. Pero en estos individuos, el estrés se traduce en una velocidad “cocaínica”.
Las buenas intenciones de una presentación bien sincronizada en el tiempo se van por la ventana cuando este personaje acelera a través del material de su presentación, cual piloto de formula uno en la recta final, a un paso devastador. Si su audiencia puede seguirle el paso determinará si alguien podrá obtener algo de su presentación.


2. El Ehhhhhhh

Otra tendencia del nerviosismo con la cual algunas personas deben luchar es la maldición del “eh”.
Su contenido puede ser sensacional, pero la fastidiosa frecuencia de “ehhhhs” puede arruinar completamente la presentación.
La audiencia termina contando “ehhhhs” más que escuchando a su mensaje. Tenga cuidado con el primo del ehhhhhhh, “el ahhhhhhh”. Contar “ahhhhhs” puede ser igualmente exasperante.


3. El lector: Leer libros: ¡BIEN! Leer diapositivas: ¡Apesta!

¡Este presentador no conoce sus diapositivas! NO se ha preparado en forma adecuada y como resultado, a medida que lee sus diapositivas, usted termina volviéndose más familiar con su espalda y con su cráneo occipital que con su cara.
Rápidamente usted se aburre y enoja a medida que puede leer las diapositivas más rápido que lo que el presentador las puede decir en voz alta. Por consiguiente NO está agregando NADA. ¡Tiempo de siesta!


4. El “gambeteador” de ojos.

Ya sea que las causas sean una falta de preparación o nerviosismo, este presentador es incapaz de establecer contacto visual con su audiencia.
Como resultado, los miembros de la audiencia comienzan a cuestionarse cuan realmente sincero, confiable o creíble es.
Para empeorar las cosas los oyentes NO sienten una conexión con este presentador y, por lo tanto, sus mentes comienzan a deambular por el espacio exterior.
Por lo menos la gran ventaja es que si usted quiere escabullirse él (como no mira a la audiencia) no se dará cuenta hasta el final, cuando el número de sillas vacías supere a aquellas aún ocupadas por miembros de la audiencia que dormitan.


5. El “zumbido” inerte: Monótono, inmóvil y despiadado.

Usted está entusiasmado con el tema de la presentación. Sin embargo su entusiasmo rápidamente se disipa cuando comienza la presentación con un “objeto inanimado” (aquejado de mutismo aquinético) en el frente del salón que despega con un discurso monótono.
La falta de entusiasmo del presentador por el tema de la presentación sólo es superada por su súbita falta de interés en escuchar el resto de lo que el orador tiene que decir.
Las agujas del reloj de pared no se mueven lo suficientemente rápido para finalizar esta aburridísima presentación.


6. La “manguera de incendios”. ¡Inspire profundo!

Este presentador ha decidido darle TODO lo que sabe acerca de su tema, TODO en forma inmediata sin considerar que ningún detalle es demasiado pequeño o insignificante.
Este docente no tiene un hilo sino una gruesa “soga” de discurso.
Usted tiene la sensación como que está “bebiendo” información “semi-útil” de una poderosa manguera de incendios (¡agradezca que no es un enema!).
Al final de la presentación está “empapado” de información pero aún sediento. Lo único que usted necesitaba era que le sirvieran, con cuidado, un vaso de refrescante entendimiento y comprensión.


7. El mal administrador del tiempo.

Algunos presentadores no se preocupan por las limitaciones de tiempo o por ensayar el ritmo de paso de sus diapositivas.
Una audiencia pede ser “tomada como rehén” hasta que este tipo de presentador haya completado su tren fugitivo de pensamientos, no ensayado previamente.
Un subgrupo de este tipo de presentadores puede ser un poco más conciente acerca de finalizar a tiempo, pero calculan mal cuánto tiempo necesitan, y finalizan en una especie de “sprint” de 100 metros llanos (digno de un record olímpico) a través de varias de sus diapositivas finales (mientras repetitivamente dice una letanía de “la próxima”, “la próxima”, “la próxima”, luego de tan sólo 1 milisegundo de exposición de la diapositiva mientras comenta “esta diapositiva no es tan importante” y uno piensa “¿y entonces para qué cornos la pusiste?”) para terminar a tiempo.
Ambos “subtipos” de este presentador desorganizado “afeita” el espacio temporal o cubre el tema en forma inadecuada.


8. El “disculpador”: Siento mucho que haya venido a esta presentación.

¡Ups! No debería haber venido a esta presentación. Este presentador claramente no reflexionó en profundidad cómo “fluiría” o aparecería su presentación ante su público.
Rápidamente comienzan a volar las disculpas: “Perdón, probablemente no puedan leer esta diapositiva”, “Pido disculpas por no tener conexión con Internet para mostrar este video”, “Mi culpa, debería haber borrado esta diapositiva”, “uuups… yo no hice esta diapositiva”, etc.
La presentación puede sentirse hacia el final como un confesionario, pero NO puede perdonarle sus desprolijos pecados de la presentación. Usted lamenta que ha perdido 60 minutos de su tiempo, los cuales NUNCA recuperará.


9. El “vagabundo”.

En los primeros cinco minutos usted se da cuenta que las diapositivas de Power Point de este presentador son simplemente una formalidad o una molestia.
A medida que este presentador comienza a abandonar el tema, usted se pregunta qué “valores” recibirá de su presentación.
Lo más probable es que usted termine con una ensalada de hechos inútiles, opiniones aleatorias, y pensamientos incompletos.
Usted se quedará con las ganas de saber cuál era el tema que debía cubrir el presentador y probablemente abandonará la presentación “desnutrido” y hasta aún nauseoso.


10. El boleto de ida. ¡Abróchese el cinturón y mantenga sus manos abajo!

¡Sujétese el cinturón! Este presentador tiene un destino en mente y está determinado de llegar allí a tiempo caiga quien caiga. Mantenga sus manos abajo porque las preguntas NO serán contestadas hasta el final de la “cabalgata” (¡si es que queda tiempo para eso!).
Este tipo de presentador ve a la interacción presentador – audiencia como una mera distracción en el camino hacia su meta.
Puede ser que disfrute algunas partes de la cabalgata, pero quedará con preguntas que hubiera deseado que fueran contestadas por el presentador.
Se preguntará si la cabalgata no se hubiera podido mejorar MUCHÍSIMO permitiendo a la audiencia que participara y contribuyera a lo largo del camino. Una oportunidad perdida y una presentación para olvidar.

lunes, 20 de julio de 2009

“Efectos colaterales” del uso incorrecto del Power Point: "La zaga"


Determinado de antemano. El “determinismo” del Power Point.
Las presentaciones de Power Point están determinadas de antemano. La plantilla de la diapositiva, el orden de las diapositivas, la forma de la presentación (viñetas, imágenes, etc.), ya está TODO decidido, ordenado y compuesto de antemano.
Típicamente el docente y el auditorio acompañan, una a una, a las diapositivas en el orden en que llegan, hasta el final.
Determinar significa literalmente limitar, limitar el ámbito o la extensión, fijar o definir la posición.
La información entregada vía Power Point está, en forma invariable, determinada o programada, esto es, codificada o escrita antes de tiempo.
Por supuesto es el autor del conjunto de diapositivas el que compone el curso de la presentación de antemano.
Y a pesar de que el autor de las diapositivas es el docente (o puede serlo), cuando realiza las diapositivas, el autor NO tiene el beneficio del momento real de enseñanza que el docente está vivenciando cuando está la dando la presentación.
La secuencia específica que el docente originariamente ha imaginado puede no funcionar en la práctica.
Como dijo Gregory Bateson el “mapa”, la planificación, “no es el territorio”, la práctica.

Es una experiencia áulica muy frecuente que, en el medio de una presentación de Power Point, un alumno haga una pregunta y el docente conteste que la responderá unas diapositivas más adelante. Pero cuando llega la diapositiva con el tema a contestar el docente se ha olvidado de la pregunta. Lo más probable es que el alumno tampoco recuerde su duda.
Un docente “con tacto” es aquel capaz de responder a las situaciones no planificadas, cuando, por ejemplo, se hace claro que la planificación vigente no está siendo entendida y, por lo tanto, se requiere de otra aproximación al tema.
Una buena planificación prepara para lo “inplanificable”: Planificar NO es sólo programar un guión inflexible. Planificar es considerar con el debido cuidado, anticipar, imaginar cómo pueden funcionar las cosas, cómo mis estudiantes pueden experimentar o ver las cosas.
Cuanto más cuidadosamente un docente considera y anticipa con esmero las interacciones con los estudiantes, más probable es que pueda improvisar sobre el guión planificado en orden de poder responder mejor a las contingencias de la situación.
El Power Point va en contra de esta dimensión de “bricolage” de la práctica de enseñanza, y por el contrario tiende a obligar a que la clase siga su curso unidireccional predeterminado.
¡Sin embargo la culpa NO es del software! Un docente considerado y reflexivo estará dispuesto de alejarse de la serie de diapositivas (cerrando en forma temporaria el cañón) e improvisar utilizando cualquier medio o material que tenga a mano para abordar un nuevo “recorrido” si lo estima pedagógicamente apropiado (y tal vez, más tarde, volver a los contenidos alineados en las diapositivas).
Aún la presentación de Power Point más reflexivamente preparada puede no ser fácilmente adaptada a preguntas inesperadas o a aquella pregunta que es contestada “varias diapositivas más adelante”.
La secuencia decididamente lineal de diapositivas del Power Point es tanto su fortaleza como su debilidad.
Este “mazo” predeterminado de diapositivas ayuda a planear un recorrido claro y singular, tanto para el docente como para los aprendientes. Es tanto eficiente cono conveniente.
Pero esta “mano única” tiene consecuencias pedagógicas si el aprendizaje de los estudiantes termina siendo forzado mecánicamente a lo largo de un recorrido inapropiado.
Las diapositivas tienden a impulsar la conversación a lo largo de un recorrido unidireccional predeterminado y a veces ciega (es suficiente ver a un docente solamente dirigiendo su atención hacia la diapositiva proyectada) a lo espontáneo como, por ejemplo, una pregunta “no solicitada”.
En gran medida, la decisión de bifurcarse, de saltar afuera o permanecer en el recorrido reside en las manos del docente (que tiene la absoluta libertad de tomar dicha decisión).
Sin embargo, no es difícil de reconocer la influencia ejercida por el rumbo predeterminado de las diapositivas, y la reticencia del docente de abandonar este recorrido sumamente articulado (y por lo tanto dificultoso de alterar) y planificado.

¿Manos ociosas, mentes ociosas?
El docente que utiliza el PowerPoint se libera de la “carga” de escribir. Lo mismo le sucede a menudo a los estudiantes.
Por supuesto, una de las manos del docente ahora está ocupada, en forma periódica, apretando un botón de la computadora para cambiar la diapositiva. Pero esencialmente ambas manos están libres, por ejemplo, para gesticular en apoyo de la articulación vocal o para apuntar hacia una sección pertinente de la diapositiva.
Los estudiantes ya no están obligados a tomar apuntes si el docente les da las diapositivas de Power Point antes o después de la clase (y éstas están mal hechas, o sea que son un “libro” de la clase, y por lo tanto les sirven para estudiar).
Las manos de los estudiantes en una clase con PowerPoint están típicamente ociosas. O garabateando. O anotando sobre las diapositivas que les ha dado el docente.
En este sentido el Power Point saca de nuestras manos la parte de escritura y dibujo de la enseñanza y el aprendizaje.
Liberados de la carga de tomar apuntes, los estudiantes pueden, si quieren, dedicar toda (aunque no necesariamente en forma integra) su atención para escuchar y ver la presentación.
El estudiante está libre para simplemente escuchar al docente, con la seguridad de que los apuntes estarán en la Web. Sin embargo, cuando los estudiantes saben que no tendrán acceso a las diapositivas de Power Point (o estas están bien hechas y por lo tanto NO le sirven para estudiar), deben adoptar un modo diferente de estar atentos.
Algunos docentes (o Instituciones) no les entregan las diapositivas a los alumnos por múltiples motivos (para estimularlos a estudiar de libros, para que aprendan a tomar apuntes, etc.).
Ante este tipo de decisión SIEMPRE los alumnos objetan.
¡He visto a un alumno pararse en el medio de la clase y sacar fotos digitales de las diapositivas del docente! Estos estudiantes están mal predispuestos a soportar la agotadora carga de tomar apuntes de un docente que llega a una clase con decenas de diapositivas y que habla como una ametralladora.
Es sabido por todos los estudiantes que una clase basada en un Power Point tiene un “producto”, una “mercadería” de fácil distribución, que está asociada con ella: el archivo .ppt. Saben también que el contenido de estas diapositivas es a veces utilizado como una base para los exámenes.
NO hacer disponible las diapositivas de Power Point del docente a los alumnos puede ser percibido como una retención “desleal” de un recurso “precioso”.
El hecho de que tanto el docente como el estudiante estén liberados de la demanda de escribir es un cambio llamativo.
Con el Power Point el docente no tiene que escribir o dibujar (salvo en ciertas situaciones puntuales en las que lo hace en un pizarrón que debería estar a la derecha de la pantalla).
Pero “escribir con” (el estudiante simultáneamente con el docente) desarrolla una comprensión común.
El PowerPoint saca la escritura y el dibujo de la enseñanza literalmente de nuestras manos. Con el Power Point mantenemos sólo un único toque en la evocación del tema que se está tratando.
La mano está involucrada para avanzar la diapositiva, pero ya no más en la sutileza de escribir o en la estética de dibujar.
Tanto el docente como el estudiante escriben menos y dibujan menos con el Power Point. Y además el estudiante y el docente ya no escriben o dibujan juntos. Como medio pedagógico el Power Point se olvida de los momentos miméticos de enseñanza y aprendizaje: cuando un estudiante aprende imitando los gestos presentativos, la escritura, el dibujo y el pensamiento del docente.
Merleau-Ponty describe el poder fenomenológico de las relaciones miméticas: “la mimesis es el atrapamiento de mi persona por el otro, la invasión de mi persona por el otro, es la actitud por la cual yo asumo los gestos, las conductas, las palabras favoritas, las formas de hacer las cosas de aquellos con los cuales yo me enfrento…Es una manifestación de un sistema único que une mi cuerpo con el cuerpo del otro y con el otro en si mismo.”

El tiempo “se desliza” bien, ¿o no exactamente?
El PowerPoint parece tener su propio sentido de temporalidad que domina TODA la clase.
A veces parece que los alumnos no ven el momento de que cada diapositiva pase para que la clase finalice porque no toleran quedarse sentados, esperando y esperando, hasta que todas las diapositivas sean proyectadas.
El paso de cada diapositiva marca la insoportable lentitud del paso del tiempo.
En otras clases con Power Point, para los alumnos el tiempo desaparece con una mecánica idoneidad, el tiempo pasa volando.
En momentos en que los alumnos se involucran completamente con la clase, las diapositivas, como el tiempo, pueden pasar inadvertidas.
A veces el orador “arroja”, de modo desconcertante y rápidamente, múltiples diapositivas. En otros momentos de esa misma clase permite que una diapositiva persista por un largo rato, tal vez olvidada, sólo para ser reemplazada en forma súbita por un protector de pantalla.
En otro momento, el paso de las diapositivas es experimentado como “tortuoso”, pasando certeramente en intervalos regulares pero monótonos: diapositiva 31, diapositiva 32, diapositiva 33…
Esperar que pase una diapositiva es a veces similar a esperar que una luz roja de un semáforo pase a luz verde en una larga fila de autos.
El alumno está sentado en espera de que llegue la próxima diapositiva sólo para esperar una vez más (¡todo esto si la diapositiva es un libro escrito!).
¡Qué diferente del lenguaje oral, que parece viajar (en su velocidad, en su ociosidad o en su pereza) más como el avance continuo del segundero de un reloj analógico!
Por supuesto que ambas sensaciones temporales están presentes en una clase con Power Point. Pero son las diapositivas (en su implacable cuenta regresiva secuencial, llegando y despareciendo a intervalos regulares) que miden oficialmente la precisión de la presentación.
El paso de cada diapositiva da la puntuación de la narración en curso, cada nueva diapositiva da el marco de otra serie de momentos del discurso.
En una clase con Power Point “ver” parece ser la modalidad dominante de conocer. Y esto es lógico si consideramos a nuestros alumnos digitales – criaturas visuales.
Ver, observa Straus, es un sentido analítico mientras que escuchar es un sentido que sintetiza.
Cuando escuchamos, de momento a momento, sólo están presentes fragmentos, fragmentos que, en el horizonte temporal, apuntan hacia adelante o hacia atrás para unirse en un todo con las otras partes, tal como las palabras habladas en una oración escuchada.
De modo interesante, el Power Point también separa el campo visual de los alumnos en fragmentos temporales discretos.
Con el PowerPoint, el horizonte temporal aparece perturbado y puntuado por los momentos de desaparición – aparición de cada diapositiva.
Recuerdo un docente invitado que había preprogramado sus diapositivas de modo tal que, en forma automática, cambiaran a la próxima luego de un intervalo prefijado. De esta forma, afirmó, estaba seguro que la charla duraría exactamente treinta minutos.
Salvo para el docente invitado, la situación fue divertida. Pasó la mayor parte de su presentación “corriendo” detrás de sus diapositivas tratando de alcanzarlas a medida que ellas “volaban” más rápido que lo que él había esperado.
En este ejemplo la frecuencia temporal de cambio de diapositiva preprogramada “abrumó” al docente en una escena que recuerda la adorable trampa de Carlitos Chaplin, en su película muda “Tiempos Modernos”, luchando frenéticamente, a menudo cómicamente, para mantener el paso con una máquina automática.
La vívida protesta de Chaplin contra la sociedad moderna, donde los seres humanos están en peligro por las implacables demandas de las máquinas hechas por ellos mismos, nos provee una oportuna reflexión sobre el lugar de la “máquina” Power Point en el aula.
El “taylorismo
[1] educativo” no es una rareza pedagógica.
El Power Point exhibe la posibilidad, o el deseo, de la máxima eficiencia en la entrega del tema. Pero muchos alumnos describen que la velocidad con la cual la información es presentada en algunas de sus clases puede alcanzar un ritmo inhumano siendo imposible de mantener el ritmo.
Para algunos de estos alumnos el consuelo se encuentra exclusivamente en la disponibilidad online de las diapositivas antes o después de la clase.
[1] El taylorismo corresponde a la división de las distintas tareas del proceso de producción. Estableció por medio de cronómetros el tiempo necesario para realizar cada tarea específica por parte del trabajador. Su obsesión por el tiempo en las tareas de producción lo llevó a trabajar el concepto de cronómetro en el proceso productivo.

miércoles, 15 de julio de 2009

“Efectos colaterales” del uso incorrecto del Power Point.


¡No maten al mensajero!

Hacia una retórica del Power Point.
La utilización del Power Point puede tener “costos” porque NO es nada más que una forma diferente y neutral de enseñar.
Como TODA tecnología afecta NO sólo la forma en que enseñamos sino también la forma en que pensamos, aprendemos y comprendemos.
El Power Point arrastra una tendencia inherente a encajonar un pensamiento fragmentado y a generar sobrecarga cognitiva.
Para evitar esto debemos dejar de pensar en términos de tecnología y comenzar a pensar retóricamente
[1].
Lo que necesitamos es la retórica de los medios: La habilidad de comunicar en forma persuasiva y apropiada.
¡Todas las interminables viñetas y el clipart artificial pueden hacer llorar aún al hombre más duro!

Estilo cognitivo del Power Point: Un “fast food” en “bloquecitos”.
El problema se debe al estilo cognitivo del Power Point, ya que este software nos fuerza a hablar y pensar de una forma muy particular.
Como TODAS las herramientas y medios, tiene limitaciones, algunas posibilidades y restricciones. La solución NO es “matar al mensajero” (eliminar al Power Point) sino desarrollar competencias retóricas en sus usuarios.
Así como necesitamos una alfabetización de los medios para ser receptores conscientes de la comunicación, también necesitamos una “retorización” (o retórica) de los medios para ser comunicadores conscientes.
Se calcula que en Estados Unidos se dan 1,25 millones de presentaciones de Power Point por hora.
Estas presentaciones NO engendran en forma automática la “activación” del estudiante. Porque, a pesar de que la enseñanza con Power Point está basada en una nueva tecnología, su uso hace correr el riesgo de conducir hacia una forma didáctica anticuada de enseñar. Sin embargo los estudiantes esperan este formato e insisten en poder llevarse una copia de la presentación del docente a su casa (si el alumno cuando llega a su casa puede estudiar el tema de la presentación Power Point este ha sido mal diseñada, ¡más que una diapositiva ha sido un libro!).

Una máxima del mundo de la publicidad dice “Si usted no tiene nada que decir, entonces cántelo” Tal vez, en muchas ocasiones, lo mismo se podría decir acerca del Power Point: “Si no tiene nada que decir, el Power Point puede ayudarlo a decirlo fuerte y claramente”.
El problema con el Power Point es que está exclusivamente orientado al orador y no hacia el contenido o hacia la audiencia.
El sistema estándar y los formatos fijos hacen que la tarea de comunicación sean confortables para el presentador pero, desafortunadamente, a expensas del contenido y los oyentes.
El precio que se paga es una presentación vacía de información, que carece de contenido e interminablemente tediosa.
Todos hemos tenido la experiencia de un presentador parado de espaldas a la audiencia en medio de la oscuridad leyendo con una voz en “staccato”:
• cada
• palabra
• en
• cada
• diapositiva
• sin
• excepción.

El software estándar depende de, y ocasiona, un estilo cognitivo con argumentos abreviados y un pensamiento fragmentado.
Una estructura de una única vía y estrictamente jerárquica es el modelo para TODA la organización del contenido. Por lo tanto la narración y la información son divididas en diapositivas autónomas y fragmentos expoliados.
A la audiencia se le “sirven” secuencias rápidas y cortas de delgada información (el “Mc Power Point”). Este programa nos hace enfocar en una forma indiferente y destruye el contenido a través de una aproximación comercial que transforma a todo en una presentación de ventas.
Por todo esto el Power Point no es tan sólo un método alternativo de enseñanza. Como afirma el crítico de cultura Neil Postman, toda tecnología es también una forma de ideología.
Toda presentación en Power Point es una tecnología que fundamentalmente cambia nuestra forma de comunicarnos y por lo tanto de pensar, ¡aún sin darnos cuenta de este cambio!
- El software nos hace pensar y hablar en bloques aislados, en vez de en un contexto coherente, totalidades, narrativas o un razonamiento lineal.
- Cada bloque nos hace pensar y hablar en secciones concisas, discretas y jerárquicas.
- El Power Point alienta a utilizar formas particulares de material visual, formatos definidos y animaciones aún cuando no tengan relevancia con respecto a lo que se está diciendo.
- El software “invita” a una conformidad “ritual” de un estilo visual.

No acepte las “invitaciones” del Power Point: Baja resolución y formatos fijos.
Todos estos problemas están relacionados con dos propiedades del Power Point:
En primer lugar, los problemas están relacionados con la baja resolución y con el limitado ancho de banda de la interfaz.
En segundo lugar corresponden a la forma en que el Power Point nos “invita” a presentar TODA la información en patrones y formatos fijos y rígidos.
El problema con la baja resolución y con el limitado ancho de banda de la interfaz es que, por ejemplo, puede presentarse muy poca información en las diapositivas. ¿Esto es un problema o una bendición?
Esto puede llevar a “penurias” informativas y a dificultar ciertas formas de comunicación y enseñanza.
Cuando damos una clase, pronunciamos alrededor de 130 palabras por minuto. Una diapositiva no debe tener más de 15 palabras.
Por lo tanto una charla de 45 minutos requerirá de 240 diapositivas, si queremos escribir TODO lo que decimos, ¡lo cual NO debe hacerse!.
Ningún orador pone todas sus palabras en sus diapositivas pero este ejemplo ilustra cuan poca información puede ser transmitida por diapositiva.
La mayoría de las afirmaciones fácticas e informativas son demasiado largas para el Power Point y, con tan poca información en cada diapositiva, los oradores deben utilizar un gran número de diapositivas.
La información es apilada secuencialmente sobre aún más información. Cuando llega la información nueva, la información previa se ha ido y es muy difícil de entender la conexión y evaluar las relaciones entre las múltiples afirmaciones.
Las presentaciones visuales trabajan mejor cuando los elementos informativos son presentados en yuxtaposición y en un rango visual normal.
Pero no hay lugar para esto en una diapositiva que sigue las plantillas del Power Point ya que menos de la mitad de la superficie de la diapositiva está disponible y, debido a que la resolución es tan pobre, se necesitan letras grandes.
En contraste, las exiguas, superficiales y poco memorables diapositivas tienden a hacer a las audiencias ignorantes y pasivas, y también a disminuir la credibilidad del presentador. Un contenido visual “fino” provoca sospechas “paranoides”: “¿Es todo lo que saben? ¿Están escondiendo algo?”
Por estas razones NO es acertado mostrar textos largos en el Power Point ni obedecer servilmente a sus plantillas.

El canto endemoniado de las sirenas-plantillas de la Odisea de Microsoft que lleva a los presentadores a su perdición.
Los métodos de seducción del las sirenas-plantillas del Power Point varían de un formato a otro, pero todas ejercen la misma atracción sin parangón sobre los presentadores. Su canto está colmado de bellas promesas y, es tan bello, melodioso e irresistible, que los docentes que las escuchan no pueden resistírseles y arrojan sus presentaciones contra los formatos preestablecidos. Los sobrevivientes son asesinados sin piedad por el auditorio.

El otro GRAN problema, como ya lo hemos dicho, es que el software nos “alienta” a “exprimir” TODA la información en formatos y plantillas fijas y a presentarla en una secuencia incesante. Esto nos lleva a un problema en relación con la buena comunicación y enseñanza porque las elecciones pedagógicas y retóricas que el orador debería haber hecho en una situación concreta ya han sido hechas en forma automática por el software.
Cuando nos disponemos a preparar una nueva presentación en Power Point, en forma inmediata encontramos una plantilla donde ciertas elecciones ya han sido hechas. ¡El Power Point no es democrático!
Hay títulos y textos que han sido dispuestos en lugares determinados y utilizando métodos específicos, disposiciones que deben ser seguidas y viñetas que deben ser llenadas.
Con estas plantillas y reglas, el Power Point hace muy simple crear diapositivas con ciertos tipos de texto y de diseño visual.
Pero es más trabajoso crear diapositivas con otros tipos de texto y de diseño visual. Debemos ser capaces de trabajar con y contra las plantillas y elegir formatos alternativos cuando sea lo apropiado.
Para el usuario promedio esto no es fácil porque el software (como el canto de las sirenas de la Odisea) lo invita a llenar las viñetas más que a pensar en forma independiente. Es simplemente más sencillo.


Disparando con imperativos, oscureciendo con jerarquías.
El problema pedagógico y retórico más obvio con la estandarización del Power Point son por lo tanto las viñetas.
La estructura básica del software y por lo tanto de la clase es el listado de TODO en viñetas. Estas listas de viñetas pueden, tal vez, ayudar a oradores extremadamente desorganizados a ser un poco más organizados y para una audiencia naïve puede crear la apariencia de un pensamiento organizado.
Pero en la realidad de la práctica del día a día, el estilo cognitivo del Power Point es falsamente analítico.
La aproximación mediante viñetas, tan común en los medios empresariales, lleva a formas superficiales y simplificadas de pensamiento.
En primer lugar las viñetas son demasiado generales.
En segundo lugar añade el hecho de que las listas establecen relaciones críticas sin especificar sus conexiones en detalle.
Ya que las listas pueden SÓLO describir tres tipos de relación: secuencias, prioridades y asociaciones.
Pero NO puede explicar relaciones entre elementos ni clarificar relaciones causales o narrativas.
En tercer lugar las viñetas omiten y suprimen importantes líneas de razonamiento tales como cómo funciona algo y cómo está interconectado.
La falta de certeza acerca quien hace qué, cómo, cuando y dónde se vuelve aún más conspicua cuando el usuario permite que la división en viñetas sea seguida por subdivisiones y jerarquías confusas en la misma diapositiva y a lo largo de múltiples diapositivas.

¡Pero el software NO es el problema! Un pensamiento, una escritura y una organización confusos son el problema.
El Power Point NO es la causa de una presentación desorganizada y pobremente planificada.
El problema es en cambio un síntoma de la falla del presentador de emplear los principios básicos de diseño de diapositivas, habilidades básicas de comunicación y técnicas fundamentales de la retórica.
De hecho, NO son las viñetas en sí mismas el problema, sino el uso excesivo y “descerebrado” de ellas lo que destruye la comunicación.
Consejos:
- En cada viñeta coloque solo una idea principal.
- NO utilice las viñetas para presentar una secuencia de ideas.
En otras palabras, ¡utilice las viñetas para presentar un razonamiento INDUCTIVO, no uno deductivo!
La comunicación es SIEMPRE la responsabilidad el emisor y por lo tanto es en esa dirección que debe dirigirse la acusación si la comunicación es confusa, aburrida o inapropiada.
Pero al mismo tiempo es importante no descuidar la importancia del medio. En el usuario sin entrenamiento el software puede hacer que construya su mensaje de una manera problemática.

Enseñando con diapositivas.
La retórica nos enseña que podemos atraer a nuestra audiencia a través de argumentos racionales, la credibilidad del orador y las emociones de los receptores.
Valiosas revelaciones se encuentran en cómo estos tres pilares de la retórica trabajan en conjunto y como se influencian entre si.
Un aspecto importante de la enseñanza NO es el establecimiento secuencial de afirmaciones y hechos sino más bien el acto de transmitir la comprensión de una conexión, causalidad, cronología y complejidad relacional.
Para las ideas básicas del aprendizaje son un impedimento las tendencias jerárquicas, de presentación de ventas y de “esloganizar” del software.
Aprender significa ser capaz de explicar, razonar y averiguar acerca de las cosas. En vez de aprender a hacer preguntas e investigar el contenido, el Power Point enseña a la gente a hablar y pensar frases descontextualizadas. Las diapositivas de Power Point están marcadas por una falta de contenido y un estilo muy vacío.
Las plantillas y viñetas de las diapositivas del Power Point alientan una forma de enseñanza que lleva a un aprendizaje pasivo.
La tecnología invita a un modo didáctico de enseñanza anticuado.
Puesto que el software toma decisiones por nosotros, los docentes no necesitamos preocuparnos por consideraciones retóricas acerca de lo que queremos lograr, lo que tenemos que hacer, por qué lo tenemos que hacer o cómo.
No estamos invitados a pensar retóricamente sino más bien a meramente llenar el formato.
No estamos invitados a examinar nuestro tema en detalle sino meramente a presentar un resumen de nuestra clase, lo cual significa a menudo leer las viñetas en la oscuridad de espaldas a la audiencia.
Este tipo de enseñanza no es probable que despierte la atención de los oyentes y les enseñe a pensar. Un vívido método de aprender y pensar es reducido a un mediocre recitar de un tirón una lista de viñetas.
Expuestos a viñeta tras viñeta a través de largas series de diapositivas, los estudiantes se convierten en estenógrafos sin ningún contacto o comprensión profunda de lo que están escribiendo.
Es bastante malo que los oyentes no entiendan las relaciones existentes entre las diferentes viñetas porque están muy ocupados copiándolas. Aún peor es que no sean conscientes que no entienden.
Este es uno de los riesgos de un teórico: que la información pase del libro del docente a los apuntes de los alumnos sin pasar por el cerebro de ninguno de los dos.
La mayoría de nosotros ha tratado de tomar apuntes y ha creído que ha entendido lo que estaba escribiendo cuando en realidad lo que estaba pasando era que el mero hecho de tomar apuntes evitaba que reflexionáramos sobre el verdadero significado de las palabras que estábamos escribiendo.
De esta forma la tecnología nos pone en el peligro de colocar una barrera entre el docente y el aprendiente en vez de hacer lo que debe hacer, esto es, construir un puente pedagógico entre ambos.
Enseñar a través de viñetas prepara a los estudiantes a presentar afirmaciones pero no les enseña a discutir. Estimula la presentación más que la interacción. Cierra, más que abre, el debate.

A todas estas críticas podemos objetar que las viñetas son solo una forma de “lista de control” pensada para retener los puntos clave.
¡Y esto es por supuesto correcto! Las críticas a las viñetas fallan al no reconocer que las diapositivas no funcionan en el vacío sino, por el contrario, en conexión con la palabra hablada y con la actuación del orador.
El interjuego entre el orador y el modo de presentación es algo que se “salta” por encima muy la ligera en estas críticas.
Como en TODAS las tecnologías, NO es la tecnología per se sino COMO es utilizada, lo que determina los resultados y las consecuencias.
Como nos enseñan la retórica y la psicología cognitiva el Homo Sapiens no recuerda con claridad temas aislados. En especial si hay muchos.
En cambio recordamos lo que esta conectado con un contexto emotivo, lógico o narrativo: descripciones vividas, argumentos e historias.
Entender y recordar ocurren con más facilidad cuando son presentados en un contexto rico.
Y profundidad y contexto son precisamente dos cosas difíciles de comunicar con el Power Point, y son precisamente estos aspectos que el software arriesga a fragmentar.
Tomemos como ejemplo las obras de Platón. Presentar estos libros como viñetas sería “violarlos”. Ya que sus valores se apoyan tanto en su estilo como en sus ejemplos y descripciones.
El uso del Power Point a menudo revela una forma del pensamiento “fino”, tradicional del positivismo.
Es fundamentalmente la estandarización a través de plantillas que transforma y, potencialmente, destruye la comunicación.
La estandarización es peligrosa porque es tan seductoramente simple. Lo mismo se aplica a la utilización de los elementos fijos, ya confeccionados, como el clipart, las animaciones y los autográficos. Debido a que son elementos ya confeccionados son tan simples de utilizar e incluir que a menudo son usados en exceso.
En vez de pensar retóricamente qué servirá mejor al propósito pedagógico, el orador gasta tiempo buscando clipart, autográficos, efectos de sonidos y animaciones que a menudo tienen solo una tenue asociación con el tema de la presentación.
De esta manera, la tecnología desdibuja el objetivo de la presentación y la relación entre el emisor y el receptor.
El PowerPoint fue originariamente diseñado para el mundo empresarial. Es una herramienta retórica desarrollada con el propósito de persuadir. La pregunta es si este software es también una herramienta didáctica apropiada.
Aunque el PowerPoint tiene un número de problemas comunicativos y pedagógicos inherentes, los estudiantes prefieren que los docentes utilicemos esta tecnología. También es aparente que tiene ciertas características tecnológicas con el potencial de crear satisfacción y aprendizaje en los alumnos.
Puesto que este software es tan omnipresente prestemos entonces atención a un problema de comunicación que puede resolverse con un poco de competencia retórica.

“Alfabetización” retórica para los medios
Cuando se utiliza el software se debe tener el cuidado de hacerlo con las premisas propias NO con las de Microsoft.
La solución es de dejar de pensar en términos de tecnología y comenzar a pensar retóricamente.
Como oradores NO debemos pensar en cómo llenar una plantilla. Debemos pensar el propósito, los objetivos y los medios.
¿Qué es lo que queremos lograr? ¿Cómo es la mejor manera de lograrlo? ¿Qué herramientas nos ayudarán mejor? ¿Cuáles son las limitaciones y posibilidades tecnológicas?
Todas estas preguntas son el punto de partida de TODOS los oradores sin importar la tecnología que utilicen.
Como en TODA forma de comunicación, el orador, antes de dar la presentación, debe emular a Cicerón: Debe realizar un análisis retórico de la situación, la audiencia y de las herramientas comunicativas en relación con la intención.
En la actualidad es frecuente hablar de Alfabetización de los Medios, o sea la capacidad de decodificar, comprender y relacionarse con las afirmaciones de los medios de comunicación.
Ha llegado el momento de que los docentes también comencemos a interiorizarnos acerca de la Alfabetización de la Retórica en relación con los medios de comunicación, en otras palabras acerca de la competencia retórica.
Si la Alfabetización de los Medios representa la capacidad de leer e interpretar las afirmaciones de los medios, la Alfabetización de la Retórica de los medios representa la capacidad de crear y comunicar dichas afirmaciones: escribirlos en vez de leerlos, codificarlos en vez de decodificarlos, influenciar en vez de ser influenciado.
Entre estas habilidades está el uso apropiado y persuasivo de herramientas comunicativas como el PowerPoint.

Aprendizaje multimedia.
Las habilidades prácticas requieren de una comprensión teórica.
Por esto es importante comprender el significado de aprendizaje multimedia: Complementar
[2] la presentación de un docente con textos, ilustraciones y sonido involucra al mismo tiempo las posibilidades y limitaciones pedagógicas del software.
Y esto está íntimamente relacionado con la forma en la que el Homo Sapiens percibe y decodifica la información.
La neurociencia cognitiva nos da tres teorías que describen como trabaja el Sistema Nervioso Central del Homo Sapiens.
1. Procesamos información a través de dos canales separados: un canal auditivo y verbal que procesa el sonido y los estímulos verbales, y un canal visual que procesa imágenes y estímulos visuales.
En una presentación con Power Point las palabras del orador y los efectos sonoros serán captados por la vía auditiva mientras que las palabras y las ilustraciones en la pantalla serán captadas por la vía visual.
Luego nuestra memoria de trabajo
[3] conectará, seleccionará y organizará los estímulos auditivos y visuales a través de los canales respectivos, antes de que las modalidades verbales y visuales se unan finalmente en la memoria de largo plazo. Todo esto parece sencillo pero NO lo es.
2. Ambos canales informativos tienen una capacidad de procesamiento limitada. Esto es de particular relevancia en el procesamiento de estímulos multimedia como el Power Point.
3. El aprendizaje requiere de una considerable actividad cognitiva en ambos canales. Cuando estamos en una situación de aprendizaje estamos expuestos en forma simultánea a palabras, imágenes y sonido, corriendo por lo tanto el riesgo de una sobrecarga cognitiva.
En la progresión desde la percepción sensorial a la memoria sensorial, y desde allí a la memoria de trabajo y finalmente a la memoria de largo plazo, TODA la enseñanza y el aprendizaje conllevan el riesgo de la sobrecarga cognitiva.
Si estoy muy ocupado viendo, no estoy escuchando adecuadamente. Si estoy muy ocupado escuchando no puedo leer o tomar apuntes correctamente.
En las presentaciones con Power Point la sobrecarga cognitiva es un riesgo constante. Porque estamos continuamente procesando diferentes representaciones como textos escritos, diseños, ilustraciones, gráficos, animaciones, efectos sonoros, etc.
Nuestro Sistema Nervioso Central NO tiene suficiente capacidad para procesar todo esto y las palabras del orador.
La retención y procesamiento de las múltiples y diferentes formas de representación absorben nuestra capacidad de pensamiento y llevan a la sobrecarga cognitiva.
Debido a que la información verbal y visual nos bombardean tan rápida y fragmentariamente, los miembros del auditorio no pueden ni procesar ni retener la información en su memoria de trabajo como así tampoco transferirla a la memoria de largo plazo.
Por todo esto es MUY importante que durante la presentación el docente, que esta realizando un “delivery” de información a su público, planifique la velocidad de entrega exacta de dicho “delivery” para no realizarla en forma rápida (el público no puede procesar ni retener y se “pone” en OFF) ni lenta (el público se aburre y también se “pone” en OFF).

Reundancia y foco retórico
La solución es simple y retórica. En primer lugar el docente debe resecar TODO aquello que no sea directamente relevante al foco principal y al objetivo deseado de la enseñanza.
En segundo lugar debemos generar redundancia.
Podemos hacer esto de dos maneras: Podemos repetir ideas en un periodo de tiempo o repetirlas simultáneamente, esto es comunicar el mismo contenido de diferentes maneras en el mismo momento.
Repitiendo ideas en un periodo de tiempo creamos una redundancia diacrónica, como cuando repetimos verbal o visualmente algo que presentamos anteriormente. Podemos decir o mostrar la misma cosa en diferentes formas, por ejemplo reformulando los mimos temas, dando diferentes ejemplos o primero presentando algo en forma oral y luego en forma escrita, o primero con una ilustración y luego con palabras.
También podemos crear una redundancia sincrónica, que es una repetición simultánea, comunicando algo verbal y visualmente al mismo tiempo. Podemos describir los elementos relevantes en una ilustración o enfatizar qué es lo que la audiencia debe observar en la pantalla.
Como hemos observado debemos ser concientes que el Power Point es una herramienta multimedia. Pero también debemos recordar que una presentación es primariamente una exposición oral.
La utilización de texto, sonido e ilustraciones deben apoyar al orador NO reemplazarlo. Por lo tanto debemos recordar los tradicionales objetivos retóricos de persuadir, enseñar y entretener.
Debemos recordar la doctrina retórica del inventio
[4], que nos enseña cómo encontrar el mejor contenido y los argumentos más convincentes. Y la cual nos enseña a preferir explorar un único argumento central en vez de recitar en forma superficial una “avalancha” de diferentes argumentos.
De la misma forma la doctrina retórica nos habla acerca del apropiado desarrollo de nuestro tema, el dispositio
[5], que las diferentes secciones de nuestra disposición tienen diferentes funciones: La introducción debe estimular el interés y ganar la buena voluntad y la credibilidad de nuestro público. La presentación del tema debe ser breve, clara y concisa. Nuestra argumentación debe proveer la prueba de nuestras tesis y refutar las objeciones de nuestros oponentes. Y nuestras conclusiones deben resumir los aspectos más importantes de nuestra presentación y ser un llamamiento relevante para los sentimientos y la acción de nuestro auditorio.
Esa palabrería que a menudo acompaña a las presentaciones de Power Point también se beneficiaría si prestara atención a los requerimientos retóricos acerca de que el lenguaje que usamos no solo debe ser claro, correcto y apropiado sino también VIVIDO. Es el uso de tropos
[6] y de un lenguaje figurativo que agudiza nuestros oídos y estructura nuestro pensamiento: Anécdotas y descripciones, aliteraciones[7] y asonancias[8], metáforas y metonimias[9]. A estos “dispositivos” verbales no se les da espacio cuando utilizamos las listas PowerPoint para presentar nuestro contenido.
Para evitar que estas reglas generales acerca de los argumentos, disposiciones y el uso del lenguaje se petrifiquen en categorías rígidas, como las plantillas del Power Point, deben estar siempre subordinadas a los requerimientos retóricos de atención a la funcionalidad y consideración de la situación concreta.
El orador debe elegir el momento correcto y oportuno según las necesidades del contexto y la situación (kairos) para decir lo que es pertinente y apropiado (aptum).

Funcionalidad antes que forma
A pesar de las objeciones en contra del Power Point muchas personas
NO ven ningún problema en este software. Dicen que uno no puede culpar a un martillo porque alguien lo usa para destruir en vez de para construir.
NO es Microsoft sino los usuarios incompetentes los que hacen las pobres presentaciones.
Podríamos decir que les falta conciencia y competencia retórica, que les falta alfabetización retórica de los medios.
Este argumento concuerda con la visión de Aristóteles de la retórica como una techné
[10] amoral, la tecnología de información tiene un carácter puramente instrumental. Aristóteles afirma que aparte de la virtud, las personas pueden usar incorrectamente todo, incluida la retórica. Es como el cuchillo, dice Aristóteles: En las manos del criminal puede ser utilizado para matar, mientras que en las manos de un cirujano puede ser usado para salvar vidas.
Aristóteles podía casi siempre tener razón pero debemos recordar la afirmación de Neil Postman acerca de que toda tecnología es una ideología.
Debemos escuchar a los especialistas en comunicación que nos enseñan que la comunicación forma y la tecnología influencia la manera que la gente piensa, habla y actúa. TODO tipo de tecnología, todo medio, tiene limitaciones, contiene ciertas posibilidades y restricciones.
Si clase tras clase exprimimos ideas complejas en series de diapositivas dispares, con plantillas rígidas y vinetas fragmentadas, simplificamos no solo el discurso y el contenido sino también la forma en que percibimos el tema. Es más, influenciamos TODAS nuestras formas de pensamiento.
Aristóteles tiene razón cuando dice que no es la herramienta o la tecnología en sí misma la que genera el problema.
El PowerPoint NO es el que “asesina” la enseñanza o el aprendizaje. Los docentes y oradores somos los que “asesinamos” la enseñanza y el aprendizaje.
Pero utilizar el PowerPoint es como tener una ametralladora AK-47 cargada sobre el escritorio: usted puede hacer cosas muy desagradables con ella.
Esto es algo que ciertamente debe evitarse, y la mejor manera es pensar retóricamente.

[1] La retórica es la disciplina transversal a distintos campos de conocimiento que se ocupa de estudiar y de sistematizar procedimientos y técnicas de utilización del lenguaje puestos al servicio de una finalidad persuasiva o estética del mismo, añadida a su finalidad comunicativa.

[2] Para que quede claro que el docente sigue siendo la figura central de la clase complementar significa “añadirle algo para completarlo”.

[3] La Memoria de trabajo está relacionada con el almacenamiento temporal de la información (memoria de “ultra” corto plazo). Consiste en la activación de un grupo de neuronas que se mantienen activas en la corteza prefrontal. Permite mantener activada una cantidad limitada de información necesaria para guiar la conducta "online". Algunos autores la comparan con la función de la memoria RAM en las computadoras.

[4] La finalidad de esta fase es establecer los contenidos del discurso. El término inventio procede del latín invenire que a su vez procede de un término griego que significa "hallazgo", pues de lo que se trata es de que el orador seleccione en un repertorio prefijado de temas aquellos que son los más adecuados a su exposición. Se trata de invenire ("hallar") en la memoria, llena de "tópicos" o "lugares" las ideas propias o heredadas de la sociedad en general, susceptibles de ser utilizadas en el discurso.

[5] Este término latino es una traducción del concepto de la retórica griega conocido como τἀξις que quiere decir "disposición". La finalidad de esta parte de la preparación discursiva es la organización de los elementos de la inventio en un todo estructurado. Son relevantes a este respecto el número de partes del discurso y su orden de aparición.
En cuanto a las partes, los discursos pueden presentar una estructura bipartita (en la que las dos partes mantienen una tensión recíproca dentro del conjunto) o tripartita (en la que se supone un desarrollo lineal con principio, medio y fin).
La estructuración tripartita, la más frecuente, consta de una parte inicial que tiene por objeto captar la atención del oyente e indicar a este la estructuración del discurso; una parte media con narratio (exposición del asunto y tesis del orador al respecto) y argumentatio (con las razones que sustentan dicha tesis); y, finalmente, una peroratio o recapitulación de lo dicho con apelaciones al auditorio.

[6] Figura retórica que consiste en emplear las palabras en sentido distinto del que propiamente les corresponde.

[7] Figura que consiste en la repetición notoria del mismo o de los mismos sonidos, sobre todo consonánticos, en una palabra o frase: "el ruido con que rueda la ronca tempestad" es un ejemplo de aliteración.

[8] Correspondencia de vocales a partir del último acento en dos o más palabras.

[9] La metonimia es un fenómeno de cambio semántico por el cual se designa una cosa o idea con el nombre de otra, sirviéndose de alguna relación semántica existente entre ambas.

[10] Para Aristóteles existe una importante diferencia entre techné y técnica, la segunda busca solamente la producción de un objeto útil, la primera busca un acto perfecto que contribuya a una vida cualificada, es decir, éticamente buena y políticamente justa.

miércoles, 8 de julio de 2009

¿Cuál es el punto de poder del Power Point? Comunicando Información Cualitativa: Gráficos, Diagramas, y Fotos.


Los “Jedi” del Power Point usan sus habilidades con este programa para lograr que los conceptos dificultosos se vuelvan claros y transparentes.
Los “Sith” abrazan el lado oscuro del Power Point y utilizan sus habilidades para confundir y complicar.
Si un impulso perverso lo lleva a un deseo de confundir y complicar, ¡es muy fácil tener éxito!
El camino más sencillo para dar su peor presentación es empaquetar cantidades inmensas de texto en cada diapositiva, utilizando una fuente pequeña imposible de discriminar, la cual usted leerá textualmente en un tono monótono, monocorde y bajo.
Aún aquellos aquejados de un insomnio fármaco-resistente no podrán resistirlo y caerán rápidamente en forma directa en el sueño de movimientos oculares rápidos. Los que no tengan somnolencia no lo resistirán y se suicidarán o morirán por intoxicación por Power Point.
Otra forma segura de “acribillar” a su audiencia es presentar un material extremadamente abstracto de forma tal que suene bien pero que NADIE sepa o entienda de qué diablos está hablando.
Otra propuesta que sembrará confusión y desconcierto es hacer afirmaciones que simplemente no reflejan la realidad y declararlas con absoluta confianza.
También puede utilizar gráficos sin sentido o que tienen poca relación con su mensaje. Tome la precaución de que parezcan muy atractivos y así distraigan a la audiencia por su falta de claridad.

Por el contrario si su objetivo es ser claro y presentar argumentos convincentes, entonces debe exhibir evidencias concretas en una secuencia lógica.
Para mantener el interés y la atención de la audiencia necesita variedad. Presente gráficos y sonidos para ilustrar lo que dice (muestre y diga). Esto no sólo hará más interesante a su presentación sino también logrará que su material sea más comprensible.
Los gráficos que transmiten información cualitativa son:
- Los organigramas que especifican relaciones cualitativas entre entidades.
- Los diagramas son ilustraciones esquemáticas de objetos o eventos que dependen de símbolos definidos (como flechas).
- Las fotografías ilustran personas, ideas o situaciones. Estas ilustraciones pueden encontrarse en Internet y ser fácilmente insertadas en la diapositiva.

Recomendaciones generales para organigramas, diagramas y fotografías.

1. Incluya solamente gráficos que lo ayuden a explicar su tema.
Las decoraciones distraen y la “belleza de lo inútil” puede minar su credibilidad.

2. Utilice símbolos, conceptos y jerga que sean familiares para los miembros de la audiencia.
Algunas disciplinas utilizan símbolos especializados que deben ser utilizados en forma y tiempo apropiados. Sin embargo, dependiendo del contexto, el mismo símbolo puede tener diferentes significados.
- Asegúrese que la audiencia comprende los significados de los símbolos que está utilizando y se siente “confortable” con los conceptos y la jerga que usa. Ante la más minima duda, defina los términos.

3. Asegúrese que TODOS los aspectos del gráfico son claramente discriminables del fondo.
El gráfico debe tener suficiente contraste con el fondo para ser visible a lo largo del salón y debe ser lo suficientemente grande como para ser legible aún desde la última fila.

4. Cambie las características visuales o auditivas solamente para señalar un cambio en la información.
El Principio de Cambios Informativos se aplica a todo tipo de gráficos.

5. Organice los componentes de una exhibición compleja.
Un gráfico puede transmitir en forma efectiva un conjunto complejo de relaciones cualitativas si la complejidad no abruma visualmente las relaciones representadas.
Para evitar producir una telaraña enredada o un pastiche insoportable divida los diferentes aspectos de la proyección en unidades perceptuales separadas. Estas unidades pueden estar definidas por:
- Formas similares.
- Colores similares.
- Sombreados similares
- Tamaños similares.
- Anchos similares de líneas.
- Una línea o flecha que une objetos.
- Localizaciones cercanas que son claramente diferentes de otros grupos.
- Finalmente también se pueden producir grupos presentando un subconjunto del material a la vez, y desarrollar toda la exposición en el curso de una serie de diapositivas.

6. Respete la Regla de Cuatro: No obligue a los observadores a prestar atención a más de cuatro unidades perceptuales en una diapositiva.

7. Utilice animaciones y varíe la notabilidad para guiar a la audiencia a través de la proyección.
Si el tema del gráfico requiere que la audiencia capte una secuencia de eventos, utilice animaciones para ilustrar dicha secuencia
[1].
Otra alternativa es hacer una serie de diapositivas, como los cuadros de una película, y utilice la función de transición de diapositivas para especificar cuánto tiempo será visible cada una (pero en este caso deberá experimentar con el número de diapositivas y el tiempo de exposición para poder generar una “película” aceptable).


Organigramas: Seis indicadores

Los organigramas pueden lograr que un conjunto complejo de información sea claro de un vistazo o pueden conseguir que la información compleja sea complejísima.
Los organigramas son exhibiciones visuales que ordenan la información en categorías o estructuras. En general unas líneas conectan los elementos de un organigrama para indicar la estructura y las relaciones entre sus componentes.

1. Utilice un organigrama para transmitir la organización global de una estructura.
Al utilizar un organigrama para ilustrar la estructura de un objeto, organización o evento se aprovecha del Principio de Compatibilidad. Relaciones como “es un miembro de”, “trabaja para” y “depende de” pueden ser ilustradas claramente mediante las relaciones espaciales de las entidades en la exhibición.

2. Utilice un organigrama para ilustrar secuencias temporales.
El Power Point le permite mostrar secuencias complejas de eventos desarrollando un organigrama paso a paso en el tiempo.

3. Utilice una lista para transmitir una única relación entre varias entidades.
Una lista es preferible a un organigrama SÓLO si debe ser considerada una única relación entre cuatro elementos (o menos). Como preconiza esta frase anónima: “La genialidad esta en la simpleza”.

4. Muestre las categorías más inclusivas en la porción superior de la diapositiva.
Coloque las entidades más grandes en las porciones superiores del organigrama, representando a las entidades subordinadas debajo de ellas.

5. Utilice un diseño compatible con el contenido.
Un organigrama que detalla la estructura de mando de una organización debe comenzar en la porción superior de la diapositiva y luego deslizarse hacia abajo. ¡NO debe ir de izquierda a derecha!
- De no existir otras especificaciones debe respetar la convención de la cultura occidental y haga una secuencia temporal que avance desde la izquierda hacia la derecha (¡salvo que esté dando la clase en Bagdad o Teherán!).
- Sin embargo respete las convenciones específicas de su audiencia. Por ejemplo los programadores de computación han desarrollado una “subcultura” especializada en las cuales los organigramas son presentados desde arriba hacia abajo.

6. Identifique las relaciones.
Identifique cada porción importante de información en la diapositiva.


Diagramas: Ocho Recomendaciones.

Los diagramas son ilustraciones de objetos o eventos que utilizan tanto imágenes como símbolos (como flechas para mostrar movimiento) para transmitir información. A diferencia de los organigramas los diagramas (o partes de ellos) deben parecerse a las cosas que representan.

1. Utilice un diagrama para ilustrar la estructura de un objeto o un evento para un propósito específico.
Cuando diseña un diagrama para ilustrar la estructura de un objeto o evento mantenga el propósito del diagrama “in mente” desde el principio. Si no lo hace terminará incluyendo material de más o de menos dejando a los observadores frustrados o molestos.

2. “Estalle” un diagrama para enfatizar las formas o relaciones espaciales de las porciones individuales.
Si las partes están parcialmente ocultas y quiere que sus formas o relaciones espaciales sean claras, mueva esas partes afuera del todo. Pero utilice una flecha para indicar con claridad a qué lugar pertenece cada parte.

3. NO estalle un objeto muy ampliamente para que sea fácilmente reconocido.
El Sistema Nervioso Central procesa las formas y las relaciones espaciales en diferentes circuitos neuronales y no combina fácilmente a ambas funciones con mucha precisión. Por lo tanto en un diagrama “estallado” muestre a las partes cerca de la localización real.

4. Asegúrese que los diferentes componentes del diagrama están organizados en unidades perceptuales separadas.
Diferentes colores o sombreados también pueden servir para especificar las formas de las partes e individualizarlas.
Si se mostrarán distintas partes esté seguro que serán fácilmente identificables como porciones diferentes.

5. Utilice movimientos compatibles cuando presente un diagrama de un evento dinámico.
Se puede simular el proceso de armado o modificación de un objeto, o mostrar un proceso utilizando una animación para agregar, remover o modificar partes de un diagrama a lo largo del tiempo.
- Asegúrese que el orden y la forma en la cual las partes son agregadas, removidas o modificadas imitan el orden o la forma real.

6. Elija un punto de vista en el cual TODOS los aspectos críticos del material son visibles.
La información que está oculta es como si no existiera.

7. Muestre TODAS las partes de un diagrama estático desde el MISMO punto de vista.
Los observadores se confundirán y tendrán que “forcejear” cognitivamente para entender lo que está mostrando si lo hace desde más de un único punto de vista.
El Sistema Nervioso Central asume que un objeto es visto desde sólo un único punto de vista y se requerirá de esfuerzo para reorganizar mentalmente la proyección si no es así.
- De la misma manera, NUNCA tenga una parte de la exhibición dibujada en dos dimensiones con una parte tridimensional añadida a él.

8. Utilice animaciones para ilustrar estructuras tridimensionales.
Una forma de ilustrar la estructura de un objeto tridimensional es utilizar una animación para hacerlo girar en “tres D”. La rotación será más efectiva si:
- Es lo más lenta posible.
- Cuatro (o menos) unidades perceptuales son realzadas (cada una con un color distintivo).


Fotografías: Once Recomendaciones.

1. Utilice fotografías para definir el contexto.
Las fotos pueden crear el marco de toda su presentación.

2. Utilice fotografías para introducir una idea abstracta.
En muchas ocasiones ideas muy abstractas pueden asociarse con iconos concretos. Estas ilustraciones pueden colocar a la audiencia en un estado de ánimo adecuado para organizar lo que usted tiene que decir en términos de lo que ellos ya saben, lo que SIEMPRE es una buena idea.
Muchas veces el mismo texto del libro o del artículo nos ayudan en la búsqueda de estas imágenes como cuando, por ejemplo, leemos que “la molécula X gatilla la reacción…” (Y la foto de un gatillo surge espontáneamente como una opción para ilustrar este concepto).

3. Utilice fotografías para evocar emociones específicas.
En algunas situaciones usted desea que la audiencia sienta una emoción específica. Esto puede ser parte de su argumentación.
La Neurociencia Cognitiva ha mostrado que muchas decisiones son “conducidas” por asociaciones emocionales y por esto una parte importante de cualquier argumentación es crear las reacciones emocionales apropiadas hacia los temas que se están analizando.
Además recuerde que las imágenes no pagan peaje intelectual para causar emociones.

4. Utilice fotografías para presentar evidencias.
El Homo Sapiens sigue reaccionando como si “ver es creer”.
Por lo tanto utilice fotos para presentar evidencias para su argumentación. Además presentar texto y gráfico ayudará muchísimo a que su audiencia recuerde la información.

5. Utilice fotografías para aumentar el recuerdo de su mensaje.
Las buenas imágenes, como las fragancias, persisten en el oyente mucho tiempo después que la presentación ha terminado. Las buenas imágenes se adhieren como pegamento en la mente de los miembros de su auditorio.

6. Utilice fotografías para darle a su audiencia tiempo para tomarse un respiro.
Las fotos pueden también ser utilizadas como una pausa en el flujo constante de información permitiendo a la audiencia un momento para reflexionar y digerir la información. Esto sucede especialmente si la foto es graciosa.
- Si “salpica” su presentación con este tipo de fotos esté seguro que sean relevantes para el hilo del tema que está analizando.
¡Cuidado con la belleza de la inútil!

7. Utilice fotografías para dirigir la atención de su audiencia.
Debido a que la atención es atraída por estímulos novedosos, si ha estado presentando sólo texto (¡poco recomendable!) y luego presenta una foto la audiencia AUTOMÁTICAMENTE mirará la ilustración.
- Puede utilizar esta ventaja para introducir un nuevo módulo de la presentación.
- Pero recuerde que cuando la atención sea captada por la foto, la audiencia no leerá el texto o no escuchará todo lo que dice.
Por lo tanto déles un momento para que “absorban” la ilustración antes de seguir adelante.

8. Elija fotografías que sean representativas del tema que está tratando.
Si utiliza fotos para ilustrar una situación específica, seleccione una ilustración que sea un ejemplo típico del objeto que está explicando.

9. Asegúrese que el estilo de las fotografías sea compatible con su mensaje.
La audiencia no sólo capta el significado de las fotos sino también registra las cualidades visuales de las ilustraciones. ¡Asegúrese que el medio hace juego con el mensaje!
Ejemplo: NO utilice una foto graciosa para ilustrar un tema serio.
NO utilice una foto en blanco y negro para ilustrar un tema de alta tecnología.

10. Asegúrese que las fotografías “miren” hacia el centro de la diapositiva.
Los objetos en las ilustraciones suelen tener una dirección: una cara mira hacia la derecha o la izquierda, un auto apunta en una dirección u otra, etc.
La orientación del objeto dirigirá la atención de los observadores. Si usted tiene una cara en el lado derecho de la diapositiva mirando hacia la derecha, los observadores tendrán la tendencia de hacer lo mismo (y por lo tanto de mirar hacia fuera de la pantalla en vez de donde usted desea que enfoquen cuando aparezca la próxima diapositiva).

11. Asegúrese que las fotografías no se vuelvan borrosas cuando las inserte en la diapositiva.
En general las fotos provienen de Internet. La resolución de estas fotos puede variar en forma dramática y debe estar SEGURÍSIMO que no se vuelven borrosas cuando necesita expandirlas en la diapositiva para hacerlas bien visible.
No sólo las fotos borrosas se ven mal (y lo hacen ver mal a usted por extensión) sino que también requieren de un esfuerzo cognitivo para entenderlas, lo que NUNCA es una buena idea.
[1] ¡Recuerde las advertencias acerca de quienes NO pueden utilizar animaciones!

martes, 7 de julio de 2009

¿Cuál es el punto de poder del Power Point? Comunicando información cuantitativa: Gráficos.



Los gráficos son ilustraciones que transmiten información numérica y relaciones entre cifras.
Los gráficos pueden comunicar información sobre una gran cantidad de números en forma más efectiva que un listado de números. ¡O pueden fracasar miserablemente!
Daremos a continuación una serie de consejos para:
- Evitar hacer gráficos que confundan en vez de iluminar.
- Dar guías en la realización de gráficos que se transformen en ilustraciones que valgan más que mil palabras.


¿Graficar o no graficar? ¡Esa es la cuestión!
Las tres grandes preguntas.

Las siguientes consideraciones lo ayudarán a decidir si debe utilizar un gráfico o es mejor emplear una tabla o un texto.

1. ¿Desea ilustrar cantidades relativas?
Si así es, entonces un gráfico es lo apropiado ya que estas ilustraciones, lo que mejor hacen, es explotar la regla “más es más”: Automáticamente vemos una barra más larga, una porción de torta más grande o un punto más alto en una línea como representación de una cantidad mayor, y es mucho más fácil ver diferencias relativas a lo largo de estas dimensiones visuales.

2. ¿Usted necesita presentar datos para un propósito específico?
En estos casos un gráfico puede ser elocuente.
Decida qué preguntas de la audiencia deben ser contestadas y organice los datos de acuerdo a estos objetivos.
Como siempre NO incluya más o menos información que la necesaria para contestar los interrogantes relevantes.

3. ¿Puede utilizar conceptos y formatos que son familiares para su audiencia?
De no ser así, ¡un gráfico NO le servirá!
Si decide utilizar un gráfico:
- Elija un formato que sea familiar para la audiencia a la que se dirige. Ante la duda, explíqueles las características funcionales del gráfico.
- Utilice conceptos familiares para esa audiencia en particular.
- En general sea “ideológicamente” conservador, “adhiérase” a los gráficos tradicionales de probada calidad.


Gráficos de torta: Seis consejos para ser un buen “pastelero” gráfico.

El gráfico de torta es el formato más común que muestra como un total es dividido en partes. El área relativa de cada componente, la cuña (o porción de la torta), representa la proporción del total del componente.

1. Utilice una torta para transmitir cantidades relativas aproximadas.
Un gráfico de torta ilustra las proporciones de un todo.
La principal desventaja de este tipo de gráficos es que es difícil de obtener en ellos cantidades precisas. Sin embargo éste no es un problema si la cantidad es del 25%, 50% o 75% del total, que son fáciles de discernir de un vistazo.
Si las cantidades ilustradas son otras, las cantidades precisas no serán fáciles de obtener porque es difícil de medir con precisión en forma visual el área de cada porción de la torta.

2. Etiquete las porciones de la torta si los valores son importantes.
Una buena forma de transmitir cantidades precisas, aún representando proporciones relativas con gráficos de tortas, es simplemente etiquetando las porciones (o cuñas) colocando los números dentro (si el espacio lo permite) o próximos a ellas.
Esto convierte a la torta en un gráfico híbrido, en parte torta y en parte tabla.

3. Utilice una torta “estallada” para enfatizar una pequeña proporción de las partes.
Construya una torta “estallada” desplazando una porción como si una cuña de la torta hubiera sido desplazada hacia fuera.
Si se supone que la audiencia debe sólo hacer comparaciones visuales aproximadas este formato de torta provee una forma particularmente buena de atraer la atención a un pequeño porcentaje del número total de componentes.

4. “Estalle” un máximo del 25% de las porciones de la torta.
Si decide utilizar una torta “estallada” debe decidir que parte o partes desea enfatizar. Si muchas porciones son “estalladas” los observadores no sabrán donde mirar.
El límite sería un 25%. Lo importante es que suficientes porciones queden en la torta para que hagan que las porciones “estalladas” interrumpan el contorno.

5. Organice las porciones en una progresión simple.
Para el observador será más fácil comparar las porciones si están organizadas según una jerarquía de tamaño.
- En general ordene de lo más pequeño a lo más grande, con el tamaño aumentando en el sentido de las agujas del reloj.
Debido a que los números en el reloj se incrementan en el sentido de las agujas del reloj, esperamos que mayores cantidades sean indicadas por mayores porciones en una dirección en el sentido de las agujas del reloj.
- Pero si desea enfatizar los componentes más grandes, coloque el mayor en la posición de la hora “1.00” (el primero que el observador enfocará cuando explore en el sentido de las agujas del reloj), y ordene las otras porciones en tamaño decreciente desde este punto.

6. Si las proporciones varían mucho NO utilice múltiples tortas para comparar las partes correspondientes.
Es fácil comparar múltiples tortas cuando las porciones están aproximadamente en las mismas posiciones.
Nuestro Sistema Nervioso Central tiene una capacidad de procesamiento limitada, y si es forzada hasta sus límites muchos miembros de la audiencia simplemente se darán por vencidos.
- Si las proporciones son muy diferentes entre las distintas tortas, y se supone la audiencia debe comparar diversos componentes, un gráfico de barras es el formato preferible.


Tablas visuales: Ocho piernas más para apoyarse.

En las tablas visuales los objetos son dibujados de forma tal que sus tamaños o números varían de acuerdo con la cantidad que está siendo representada.
Algunas tablas visuales utilizan ilustraciones de objetos reales y algunas utilizan contenidos abstractos como barras.

1. Utilice una tabla visual para transmitir impresiones de cantidades relativas.
Si quiere que la audiencia adquiera sólo un sentido general del ordenamiento de mediciones, una tabla visual es lo apropiado.

2. ¡NO utilice el área de los elementos para transmitir cantidades precisas!
Debido a que las tablas visuales NO tienen escalas y puesto que el sistema visual tiende a distorsionar nuestras percepciones de los tamaños de las superficies, NO utilice las tablas visuales para representar cantidades precisas.

3. Provea etiquetas para especificar cantidades precisas relevantes.
Si son importantes los valores precisos, etiquete cada elemento de contenido con su cantidad correspondiente.

4. Utilice conjuntos de iconos para etiquetar o para comparar cantidades relativas.
Un tipo especial de tabla visual es el isotipo, en el cual las barras son creadas repitiendo pequeñas ilustraciones. Cada una de estas ilustraciones corresponde a una cantidad específica de la sustancia medida.
Estas visualizaciones tienen dos usos particulares:
I. Las ilustraciones pueden proveer una etiqueta directa de lo que ha sido medido, lo que reduce el procesamiento requerido para buscar etiquetas verbales.
II. Diferentes ilustraciones pueden indicar componentes de la entidad medida.

5. Haga que la apariencia del patrón sea compatible con lo que simboliza.
¡No luche con la naturaleza humana! ¡Haga que la tapa concuerde con el libro! Si las propiedades del patrón no son compatibles con su significado, la audiencia tendrá que “trabajar” cognitivamente para entender la visualización.
La impresión visual de una cantidad o una diferencia debe corresponder a la cantidad o diferencia real entre las sustancias representadas.

6. Asegúrese que los dibujos utilizados para ilustrar las entidades medidas representen dichas entidades.
Los dibujos utilizados para transmitir cantidades deben describir las entidades representadas o deben tener representaciones simbólicas convencionales que etiqueten dichas entidades (como usar un icono de un sobre para una oficina de correo).

7. Compare amplitudes en la misma orientación.
Es MUCHO más difícil obtener una relación entre cantidades entre tres elementos cuando NO tienen una línea de base común y debemos calcular el valor absoluto de cada uno en forma aislada, recordarlo y compararlo con los otros.
Y, para empeorar las cosas, nuestro sistema visual es engañado por una ilusión que hace que la misma extensión parezca más larga cuando es vertical que cuando es horizontal.

8. ¡NO varíe la altura y el ancho para especificar variables separadas en forma simultánea!


Gráfico de Líneas: Once Consejos para ir en la dirección correcta

1. Utilice un gráfico de líneas si el eje X especifica una escala continua.
La subida y caída continua de una línea es psicológicamente compatible con una escala que especifica las cantidades a lo largo de una graduación continua de medición.

2. Utilice un gráfico de líneas para exhibir tendencias.
Esta subida y caída de una línea crea una forma que es fácilmente interpretada como una tendencia.

3. En general utilice un gráfico de líneas para exhibir interacciones.
Una de las razones por las cuales es tan difícil predecir los eventos en el mundo real es porque interactúan múltiples variables en un sentido estadístico.
Cuando digo “interactuar” no me refiero a que dos (o más) hechos tienen una relación “personal”. Más bien quiero decir que los efectos de una variable pueden ser entendidos SOLAMENTE en el contexto de esa variable interactuando con la otra.
Cuando describe una interacción debe decir que los efectos de X dependen del valor de Y.
- Si un gráfico de líneas implicará incorrectamente una escala continua sobre el eje X utilice un gráfico de barras.
- Evite utilizar un gráfico de barras para ilustrar interacciones. Para ver barras como patrones unificados que transmiten interacciones el observador debe conectar mentalmente las puntas de las barras, gastando tiempo y esfuerzo.

4. NO utilice un gráfico de líneas para mostrar valores puntuales.
Si utiliza un gráfico de líneas para mostrar valores específicos los miembros de la audiencia deberán localizar y aislar perceptualmente un punto a lo largo de una línea y notar su altura a lo largo del eje Y. Este proceso viola el Principio de Limitación de Capacidades ya que requiere que la audiencia “trabaje” cognitivamente para entenderlo.
Recuerde el aforismo: “Trabajar no es una tarea, es una tortura”.
¿Para qué torturar a su audiencia?

5. Asegúrese que los ejes X e Y sean claramente identificables y estén etiquetados en forma apropiada.
El observador debe orientarse en forma inmediata hacia el eje X (que generalmente tiene los valores que se varían o seleccionan para ser evaluados) y el eje Y (que típicamente tiene los valores de lo que se mide).
Evite momentos embarazosos etiquetando el gráfico en forma apropiada. Esta recomendación la subrayo recordando una de las frases de un sabio y olvidado “filósofo” argentino (el boxeador Oscar Ringo Bonavena): “La experiencia es un peine que te dan cuando ya te quedaste calvo”.

6. Varíe la notabilidad de las líneas para indicar su importancia relativa.
Los observadores notarán primero la línea más saliente y la interpretarán como la más importante.

7. Asegúrese que las líneas cercanas o que se cruzan sean discriminables.
Cuando las líneas están cercanas o se cruzan se debe tomar un especial cuidado para asegurarse que sean discriminables.
Puede aumentar la discriminabilidad:
- Utilizando diferentes colores.
- Utilizando líneas de puntos (y variando los puntos).
- En ambos casos asegúrese que la notabilidad de las líneas no varíe en forma arbitraria.

8. Asegúrese que los puntos en las líneas difieran por al menos dos a uno.
Para ser inmediatamente discriminables entre si, las líneas de puntos deben diferir (por cada 2,5 cm.) en una proporción de dos a uno (esta recomendación sigue el Principio de Organización Perceptual).
Por ejemplo, si una línea tiene cuatro puntos cada 2,5 cm., la otra línea debe tener al menos no más de dos o menos de ocho puntos por cada 2,5 com.

9. Si las líneas conectan puntos diferenciados, haga los puntos al menos el doble de gruesos que la línea.
Algunos gráficos de líneas incluyen puntos o símbolos que marcan valores específicos en el eje X. Para que sean fácilmente discriminables de la línea, los puntos o los símbolos deben ser al menos el doble de gruesos que la línea.

10. Utilice símbolos discriminables para los puntos conectados por diferentes líneas.
Cuando las líneas están cercanas o se cruzan a menudo, puede aumentar la discriminabilidad utilizando símbolos visualmente diferentes para los puntos importantes, en conjunto con diferentes líneas coloreadas o de puntos.

11. Utilice un cuadriculado interior cuando los valores precisos sean importantes.
En todas las variantes de gráficos de líneas y de barras incluya un cuadriculado interno si desea que la audiencia sea capaz de extraer uno o más valores específicos. Estos valores pueden ser leídos más fácilmente del eje Y si uno puede localizarlo a lo largo del cuadriculado.
Especialmente en los gráficos de líneas, inserte cuadriculados con líneas más gruesas a intervalos regulares, que ayudarán al observador para rastrear desde un punto en la línea hasta el eje.


Gráficos de Barras: Diez pilares para fundamentarse.

1. Utilice un gráfico de barras para ilustrar diferencias entre valores puntuales específicos.
Las puntas de las barras en este tipo de gráficos especifican valores particulares. Si desea contrastar las mediciones de un conjunto de entidades utiliza un gráfico de barras.

2. ¡NO utilice un gráfico de barras para ilustrar tendencias!
Para ver una tendencia en un gráfico de barras los observadores deben conectar mentalmente las puntas de las barras. ¿Para qué hacerlos gastar este esfuerzo cognitivo?
Si mostrar tendencias es su objetivo muestre un gráfico de líneas.

3. Utilice un gráfico de barras si más de dos valores están en un eje X que NO muestra una escala continua.
Si los intervalos de espacio a lo largo del eje X no especifican una escala que varía en forma continua una línea dará una impresión errónea de una tendencia.
Sin embargo si desea mostrar una interacción considere utilizar un gráfico de líneas aún en esta situación. Su audiencia podrá rápidamente ver que las líneas se cruzan o divergen pero necesitará trabajar duro para ver relaciones entre un conjunto de barras.

4. Utilice un gráfico de barras horizontales si las etiquetas son demasiado largas como para “encajarlas” debajo de un gráfico de barras vertical.
Si un gráfico de barras requiere de abreviaturas novedosas, los miembros de la audiencia pueden recibir menos información de la que necesitan para descifrar el material sin esfuerzo.
Siempre esté MUY seguro que los ejes sean claramente identificables y estén bien etiquetados. Esto es especialmente importante en los gráficos de barras horizontales que son menos comunes que los verticales.
El observador debe saber de manera inmediata donde encontrar la variable independiente (unidades que son variadas o seleccionadas para ser evaluadas) y la variable dependiente (los valores medidos).

5. NO utilice exhibiciones mezcladas de barras y líneas para mostrar interacciones.
¡No haga un matrimonio forzado! Las barras y las líneas no se quieren.
Es más difícil de ver interacciones si se utiliza una visualización mixta porque las barras y las líneas NO se agrupan para formar patrones simples. Para ayudar a la audiencia a captar interacciones utilice múltiples líneas.

6. Señale las barras correspondientes de la misma forma.
Señale las barras correspondientes en cada grupo de la misma forma de manera tal que se agrupen de forma apropiada.

7. Organice las barras correspondientes de la misma forma.

8. NO varíe la notabilidad de las barras individuales de manera arbitraria.
Salvo que el énfasis sea intencional, ninguna barra debe destacarse de las otras. Si así lo hace la diferencia en la notabilidad llevará a la audiencia a notarla primero y a asumir que es más importante que las otras barras en la exhibición.

9. Deje espacio entre los grupos de barras.
Como regla general el espacio entre grupos debe ser del mismo ancho que dos barras (este consejo sigue el Principio de Organización Perceptual).

10. Evite extender las barras más allá del fin de la escala.
No extienda las barras por encima de la punta del eje Y (o a la derecha del eje X, en un gráfico de barras horizontal) si se supone que los observadores deben extraer valores puntuales específicos. Mentalmente continuar el eje y su escala requiere “trabajo” cognitivo.


Gráficos “en escalón”: Cuatro formas de escalar.

Un gráfico en escalón es una línea que parece un peldaño y que puede ser pensada como formada por las puntas de las barras que han sido juntadas.

1. Utilice un gráfico en escalón para ilustrar una tendencia entre más de dos entidades que varían a lo largo de una escala no continua.
Un gráfico en escalón es útil si los miembros de la audiencia deben notar cambios relativos entre tres o más valores en el eje X pero estos valores no varían en forma continua y la utilización de líneas sugeriría tendencias inapropiadas.
Acercar las barras crea un patrón que puede permitir al observador comprender una tendencia de un vistazo.
- Una desventaja de este tipo de gráficos es que se requiere más esfuerzo para aislar valores puntuales individuales y por lo tanto los gráficos de barras (en los cuales los espacios entre las barras aíslan las barras individuales lo cual transmite los valores puntuales) son más apropiados si este énfasis es su objetivo.
- Otra desventaja es que los patrones a veces pueden ser difíciles de ver. Si esto ocurre considere utilizar un gráfico de líneas.

2. Si las líneas se cruzan no incluya dos o más líneas en un gráfico en escalón.

3. Haga los escalones del mismo ancho.

4. Rellene el área debajo de la línea con un único patrón o color.
La virtud principal del gráfico en escalón es que produce patrones que indican tendencias específicas.
Si el área por debajo de la línea se rellena con un color o textura que es diferente del fondo, la ley de similitud llevará al observador a ver al área como una forma única facilitando el reconocimiento de una tendencia. Pero sólo un único color o textura debe ser utilizado, sino la impresión de una región única será perturbada.


Dispersogramas: Formas de evitar la dispersión.

Un dispersograma puede parecerse a un grupo de agujeros hechos al azar en una puerta o un ejército de hormigas marchando en la misma dirección.
Este formato utiliza el mismo tipo de ejes que los gráficos de líneas y de barras, pero aquí se trazan puntos individuales en vez de líneas o barras.

1. Utilice un dispersograma para transmitir una impresión general de la relación entre dos variables.
Los dispersogramas son apropiados si quiere que su audiencia obtengan SÓLO una impresión general de la relación entre dos variables y usted desea que la audiencia tenga una sensación de la variabilidad de la relación entre las variables (¡valga la variable redundancia!).

2. ¡Vade retro a ilustrar pares de mediciones para más de una categoría en un dispersograma!
NO trace pares de mediciones (como alturas y pesos) de diferentes categorías con diferentes símbolos para los puntos en el mismo dispersograma.
Los puntos se entremezclarán y serán muy difíciles de discriminar.
Las únicas excepciones a esta recomendación suceden si quiere mostrar que:
- Los datos de dos categorías están íntimamente relacionados (y por lo tanto el hecho de que los puntos no pueden distinguirse es en sí mismo compatible con el mensaje que es transmitido).
- Los datos de dos categorías son claramente diferentes (como se evidencia cuando se forman nubes creadas por diferentes conjuntos que pueden ser fácilmente distinguibles porque están en diferentes partes de la proyección).

3. Trace una línea a través de un dispersograma para mostrar cuan estrechamente están relacionadas dos variables.
En muchas ocasiones los dispersogramas son utilizados para ilustrar una tendencia lo cual puede ser resumido en forma efectiva por una línea.
A diferencia de una línea en un gráfico de líneas, esta línea “encajada” NO conecta conjunto de puntos. Por el contrario se proyecta a través del centro de la nube de puntos (el área más densamente poblada).