miércoles, 15 de julio de 2009

“Efectos colaterales” del uso incorrecto del Power Point.


¡No maten al mensajero!

Hacia una retórica del Power Point.
La utilización del Power Point puede tener “costos” porque NO es nada más que una forma diferente y neutral de enseñar.
Como TODA tecnología afecta NO sólo la forma en que enseñamos sino también la forma en que pensamos, aprendemos y comprendemos.
El Power Point arrastra una tendencia inherente a encajonar un pensamiento fragmentado y a generar sobrecarga cognitiva.
Para evitar esto debemos dejar de pensar en términos de tecnología y comenzar a pensar retóricamente
[1].
Lo que necesitamos es la retórica de los medios: La habilidad de comunicar en forma persuasiva y apropiada.
¡Todas las interminables viñetas y el clipart artificial pueden hacer llorar aún al hombre más duro!

Estilo cognitivo del Power Point: Un “fast food” en “bloquecitos”.
El problema se debe al estilo cognitivo del Power Point, ya que este software nos fuerza a hablar y pensar de una forma muy particular.
Como TODAS las herramientas y medios, tiene limitaciones, algunas posibilidades y restricciones. La solución NO es “matar al mensajero” (eliminar al Power Point) sino desarrollar competencias retóricas en sus usuarios.
Así como necesitamos una alfabetización de los medios para ser receptores conscientes de la comunicación, también necesitamos una “retorización” (o retórica) de los medios para ser comunicadores conscientes.
Se calcula que en Estados Unidos se dan 1,25 millones de presentaciones de Power Point por hora.
Estas presentaciones NO engendran en forma automática la “activación” del estudiante. Porque, a pesar de que la enseñanza con Power Point está basada en una nueva tecnología, su uso hace correr el riesgo de conducir hacia una forma didáctica anticuada de enseñar. Sin embargo los estudiantes esperan este formato e insisten en poder llevarse una copia de la presentación del docente a su casa (si el alumno cuando llega a su casa puede estudiar el tema de la presentación Power Point este ha sido mal diseñada, ¡más que una diapositiva ha sido un libro!).

Una máxima del mundo de la publicidad dice “Si usted no tiene nada que decir, entonces cántelo” Tal vez, en muchas ocasiones, lo mismo se podría decir acerca del Power Point: “Si no tiene nada que decir, el Power Point puede ayudarlo a decirlo fuerte y claramente”.
El problema con el Power Point es que está exclusivamente orientado al orador y no hacia el contenido o hacia la audiencia.
El sistema estándar y los formatos fijos hacen que la tarea de comunicación sean confortables para el presentador pero, desafortunadamente, a expensas del contenido y los oyentes.
El precio que se paga es una presentación vacía de información, que carece de contenido e interminablemente tediosa.
Todos hemos tenido la experiencia de un presentador parado de espaldas a la audiencia en medio de la oscuridad leyendo con una voz en “staccato”:
• cada
• palabra
• en
• cada
• diapositiva
• sin
• excepción.

El software estándar depende de, y ocasiona, un estilo cognitivo con argumentos abreviados y un pensamiento fragmentado.
Una estructura de una única vía y estrictamente jerárquica es el modelo para TODA la organización del contenido. Por lo tanto la narración y la información son divididas en diapositivas autónomas y fragmentos expoliados.
A la audiencia se le “sirven” secuencias rápidas y cortas de delgada información (el “Mc Power Point”). Este programa nos hace enfocar en una forma indiferente y destruye el contenido a través de una aproximación comercial que transforma a todo en una presentación de ventas.
Por todo esto el Power Point no es tan sólo un método alternativo de enseñanza. Como afirma el crítico de cultura Neil Postman, toda tecnología es también una forma de ideología.
Toda presentación en Power Point es una tecnología que fundamentalmente cambia nuestra forma de comunicarnos y por lo tanto de pensar, ¡aún sin darnos cuenta de este cambio!
- El software nos hace pensar y hablar en bloques aislados, en vez de en un contexto coherente, totalidades, narrativas o un razonamiento lineal.
- Cada bloque nos hace pensar y hablar en secciones concisas, discretas y jerárquicas.
- El Power Point alienta a utilizar formas particulares de material visual, formatos definidos y animaciones aún cuando no tengan relevancia con respecto a lo que se está diciendo.
- El software “invita” a una conformidad “ritual” de un estilo visual.

No acepte las “invitaciones” del Power Point: Baja resolución y formatos fijos.
Todos estos problemas están relacionados con dos propiedades del Power Point:
En primer lugar, los problemas están relacionados con la baja resolución y con el limitado ancho de banda de la interfaz.
En segundo lugar corresponden a la forma en que el Power Point nos “invita” a presentar TODA la información en patrones y formatos fijos y rígidos.
El problema con la baja resolución y con el limitado ancho de banda de la interfaz es que, por ejemplo, puede presentarse muy poca información en las diapositivas. ¿Esto es un problema o una bendición?
Esto puede llevar a “penurias” informativas y a dificultar ciertas formas de comunicación y enseñanza.
Cuando damos una clase, pronunciamos alrededor de 130 palabras por minuto. Una diapositiva no debe tener más de 15 palabras.
Por lo tanto una charla de 45 minutos requerirá de 240 diapositivas, si queremos escribir TODO lo que decimos, ¡lo cual NO debe hacerse!.
Ningún orador pone todas sus palabras en sus diapositivas pero este ejemplo ilustra cuan poca información puede ser transmitida por diapositiva.
La mayoría de las afirmaciones fácticas e informativas son demasiado largas para el Power Point y, con tan poca información en cada diapositiva, los oradores deben utilizar un gran número de diapositivas.
La información es apilada secuencialmente sobre aún más información. Cuando llega la información nueva, la información previa se ha ido y es muy difícil de entender la conexión y evaluar las relaciones entre las múltiples afirmaciones.
Las presentaciones visuales trabajan mejor cuando los elementos informativos son presentados en yuxtaposición y en un rango visual normal.
Pero no hay lugar para esto en una diapositiva que sigue las plantillas del Power Point ya que menos de la mitad de la superficie de la diapositiva está disponible y, debido a que la resolución es tan pobre, se necesitan letras grandes.
En contraste, las exiguas, superficiales y poco memorables diapositivas tienden a hacer a las audiencias ignorantes y pasivas, y también a disminuir la credibilidad del presentador. Un contenido visual “fino” provoca sospechas “paranoides”: “¿Es todo lo que saben? ¿Están escondiendo algo?”
Por estas razones NO es acertado mostrar textos largos en el Power Point ni obedecer servilmente a sus plantillas.

El canto endemoniado de las sirenas-plantillas de la Odisea de Microsoft que lleva a los presentadores a su perdición.
Los métodos de seducción del las sirenas-plantillas del Power Point varían de un formato a otro, pero todas ejercen la misma atracción sin parangón sobre los presentadores. Su canto está colmado de bellas promesas y, es tan bello, melodioso e irresistible, que los docentes que las escuchan no pueden resistírseles y arrojan sus presentaciones contra los formatos preestablecidos. Los sobrevivientes son asesinados sin piedad por el auditorio.

El otro GRAN problema, como ya lo hemos dicho, es que el software nos “alienta” a “exprimir” TODA la información en formatos y plantillas fijas y a presentarla en una secuencia incesante. Esto nos lleva a un problema en relación con la buena comunicación y enseñanza porque las elecciones pedagógicas y retóricas que el orador debería haber hecho en una situación concreta ya han sido hechas en forma automática por el software.
Cuando nos disponemos a preparar una nueva presentación en Power Point, en forma inmediata encontramos una plantilla donde ciertas elecciones ya han sido hechas. ¡El Power Point no es democrático!
Hay títulos y textos que han sido dispuestos en lugares determinados y utilizando métodos específicos, disposiciones que deben ser seguidas y viñetas que deben ser llenadas.
Con estas plantillas y reglas, el Power Point hace muy simple crear diapositivas con ciertos tipos de texto y de diseño visual.
Pero es más trabajoso crear diapositivas con otros tipos de texto y de diseño visual. Debemos ser capaces de trabajar con y contra las plantillas y elegir formatos alternativos cuando sea lo apropiado.
Para el usuario promedio esto no es fácil porque el software (como el canto de las sirenas de la Odisea) lo invita a llenar las viñetas más que a pensar en forma independiente. Es simplemente más sencillo.


Disparando con imperativos, oscureciendo con jerarquías.
El problema pedagógico y retórico más obvio con la estandarización del Power Point son por lo tanto las viñetas.
La estructura básica del software y por lo tanto de la clase es el listado de TODO en viñetas. Estas listas de viñetas pueden, tal vez, ayudar a oradores extremadamente desorganizados a ser un poco más organizados y para una audiencia naïve puede crear la apariencia de un pensamiento organizado.
Pero en la realidad de la práctica del día a día, el estilo cognitivo del Power Point es falsamente analítico.
La aproximación mediante viñetas, tan común en los medios empresariales, lleva a formas superficiales y simplificadas de pensamiento.
En primer lugar las viñetas son demasiado generales.
En segundo lugar añade el hecho de que las listas establecen relaciones críticas sin especificar sus conexiones en detalle.
Ya que las listas pueden SÓLO describir tres tipos de relación: secuencias, prioridades y asociaciones.
Pero NO puede explicar relaciones entre elementos ni clarificar relaciones causales o narrativas.
En tercer lugar las viñetas omiten y suprimen importantes líneas de razonamiento tales como cómo funciona algo y cómo está interconectado.
La falta de certeza acerca quien hace qué, cómo, cuando y dónde se vuelve aún más conspicua cuando el usuario permite que la división en viñetas sea seguida por subdivisiones y jerarquías confusas en la misma diapositiva y a lo largo de múltiples diapositivas.

¡Pero el software NO es el problema! Un pensamiento, una escritura y una organización confusos son el problema.
El Power Point NO es la causa de una presentación desorganizada y pobremente planificada.
El problema es en cambio un síntoma de la falla del presentador de emplear los principios básicos de diseño de diapositivas, habilidades básicas de comunicación y técnicas fundamentales de la retórica.
De hecho, NO son las viñetas en sí mismas el problema, sino el uso excesivo y “descerebrado” de ellas lo que destruye la comunicación.
Consejos:
- En cada viñeta coloque solo una idea principal.
- NO utilice las viñetas para presentar una secuencia de ideas.
En otras palabras, ¡utilice las viñetas para presentar un razonamiento INDUCTIVO, no uno deductivo!
La comunicación es SIEMPRE la responsabilidad el emisor y por lo tanto es en esa dirección que debe dirigirse la acusación si la comunicación es confusa, aburrida o inapropiada.
Pero al mismo tiempo es importante no descuidar la importancia del medio. En el usuario sin entrenamiento el software puede hacer que construya su mensaje de una manera problemática.

Enseñando con diapositivas.
La retórica nos enseña que podemos atraer a nuestra audiencia a través de argumentos racionales, la credibilidad del orador y las emociones de los receptores.
Valiosas revelaciones se encuentran en cómo estos tres pilares de la retórica trabajan en conjunto y como se influencian entre si.
Un aspecto importante de la enseñanza NO es el establecimiento secuencial de afirmaciones y hechos sino más bien el acto de transmitir la comprensión de una conexión, causalidad, cronología y complejidad relacional.
Para las ideas básicas del aprendizaje son un impedimento las tendencias jerárquicas, de presentación de ventas y de “esloganizar” del software.
Aprender significa ser capaz de explicar, razonar y averiguar acerca de las cosas. En vez de aprender a hacer preguntas e investigar el contenido, el Power Point enseña a la gente a hablar y pensar frases descontextualizadas. Las diapositivas de Power Point están marcadas por una falta de contenido y un estilo muy vacío.
Las plantillas y viñetas de las diapositivas del Power Point alientan una forma de enseñanza que lleva a un aprendizaje pasivo.
La tecnología invita a un modo didáctico de enseñanza anticuado.
Puesto que el software toma decisiones por nosotros, los docentes no necesitamos preocuparnos por consideraciones retóricas acerca de lo que queremos lograr, lo que tenemos que hacer, por qué lo tenemos que hacer o cómo.
No estamos invitados a pensar retóricamente sino más bien a meramente llenar el formato.
No estamos invitados a examinar nuestro tema en detalle sino meramente a presentar un resumen de nuestra clase, lo cual significa a menudo leer las viñetas en la oscuridad de espaldas a la audiencia.
Este tipo de enseñanza no es probable que despierte la atención de los oyentes y les enseñe a pensar. Un vívido método de aprender y pensar es reducido a un mediocre recitar de un tirón una lista de viñetas.
Expuestos a viñeta tras viñeta a través de largas series de diapositivas, los estudiantes se convierten en estenógrafos sin ningún contacto o comprensión profunda de lo que están escribiendo.
Es bastante malo que los oyentes no entiendan las relaciones existentes entre las diferentes viñetas porque están muy ocupados copiándolas. Aún peor es que no sean conscientes que no entienden.
Este es uno de los riesgos de un teórico: que la información pase del libro del docente a los apuntes de los alumnos sin pasar por el cerebro de ninguno de los dos.
La mayoría de nosotros ha tratado de tomar apuntes y ha creído que ha entendido lo que estaba escribiendo cuando en realidad lo que estaba pasando era que el mero hecho de tomar apuntes evitaba que reflexionáramos sobre el verdadero significado de las palabras que estábamos escribiendo.
De esta forma la tecnología nos pone en el peligro de colocar una barrera entre el docente y el aprendiente en vez de hacer lo que debe hacer, esto es, construir un puente pedagógico entre ambos.
Enseñar a través de viñetas prepara a los estudiantes a presentar afirmaciones pero no les enseña a discutir. Estimula la presentación más que la interacción. Cierra, más que abre, el debate.

A todas estas críticas podemos objetar que las viñetas son solo una forma de “lista de control” pensada para retener los puntos clave.
¡Y esto es por supuesto correcto! Las críticas a las viñetas fallan al no reconocer que las diapositivas no funcionan en el vacío sino, por el contrario, en conexión con la palabra hablada y con la actuación del orador.
El interjuego entre el orador y el modo de presentación es algo que se “salta” por encima muy la ligera en estas críticas.
Como en TODAS las tecnologías, NO es la tecnología per se sino COMO es utilizada, lo que determina los resultados y las consecuencias.
Como nos enseñan la retórica y la psicología cognitiva el Homo Sapiens no recuerda con claridad temas aislados. En especial si hay muchos.
En cambio recordamos lo que esta conectado con un contexto emotivo, lógico o narrativo: descripciones vividas, argumentos e historias.
Entender y recordar ocurren con más facilidad cuando son presentados en un contexto rico.
Y profundidad y contexto son precisamente dos cosas difíciles de comunicar con el Power Point, y son precisamente estos aspectos que el software arriesga a fragmentar.
Tomemos como ejemplo las obras de Platón. Presentar estos libros como viñetas sería “violarlos”. Ya que sus valores se apoyan tanto en su estilo como en sus ejemplos y descripciones.
El uso del Power Point a menudo revela una forma del pensamiento “fino”, tradicional del positivismo.
Es fundamentalmente la estandarización a través de plantillas que transforma y, potencialmente, destruye la comunicación.
La estandarización es peligrosa porque es tan seductoramente simple. Lo mismo se aplica a la utilización de los elementos fijos, ya confeccionados, como el clipart, las animaciones y los autográficos. Debido a que son elementos ya confeccionados son tan simples de utilizar e incluir que a menudo son usados en exceso.
En vez de pensar retóricamente qué servirá mejor al propósito pedagógico, el orador gasta tiempo buscando clipart, autográficos, efectos de sonidos y animaciones que a menudo tienen solo una tenue asociación con el tema de la presentación.
De esta manera, la tecnología desdibuja el objetivo de la presentación y la relación entre el emisor y el receptor.
El PowerPoint fue originariamente diseñado para el mundo empresarial. Es una herramienta retórica desarrollada con el propósito de persuadir. La pregunta es si este software es también una herramienta didáctica apropiada.
Aunque el PowerPoint tiene un número de problemas comunicativos y pedagógicos inherentes, los estudiantes prefieren que los docentes utilicemos esta tecnología. También es aparente que tiene ciertas características tecnológicas con el potencial de crear satisfacción y aprendizaje en los alumnos.
Puesto que este software es tan omnipresente prestemos entonces atención a un problema de comunicación que puede resolverse con un poco de competencia retórica.

“Alfabetización” retórica para los medios
Cuando se utiliza el software se debe tener el cuidado de hacerlo con las premisas propias NO con las de Microsoft.
La solución es de dejar de pensar en términos de tecnología y comenzar a pensar retóricamente.
Como oradores NO debemos pensar en cómo llenar una plantilla. Debemos pensar el propósito, los objetivos y los medios.
¿Qué es lo que queremos lograr? ¿Cómo es la mejor manera de lograrlo? ¿Qué herramientas nos ayudarán mejor? ¿Cuáles son las limitaciones y posibilidades tecnológicas?
Todas estas preguntas son el punto de partida de TODOS los oradores sin importar la tecnología que utilicen.
Como en TODA forma de comunicación, el orador, antes de dar la presentación, debe emular a Cicerón: Debe realizar un análisis retórico de la situación, la audiencia y de las herramientas comunicativas en relación con la intención.
En la actualidad es frecuente hablar de Alfabetización de los Medios, o sea la capacidad de decodificar, comprender y relacionarse con las afirmaciones de los medios de comunicación.
Ha llegado el momento de que los docentes también comencemos a interiorizarnos acerca de la Alfabetización de la Retórica en relación con los medios de comunicación, en otras palabras acerca de la competencia retórica.
Si la Alfabetización de los Medios representa la capacidad de leer e interpretar las afirmaciones de los medios, la Alfabetización de la Retórica de los medios representa la capacidad de crear y comunicar dichas afirmaciones: escribirlos en vez de leerlos, codificarlos en vez de decodificarlos, influenciar en vez de ser influenciado.
Entre estas habilidades está el uso apropiado y persuasivo de herramientas comunicativas como el PowerPoint.

Aprendizaje multimedia.
Las habilidades prácticas requieren de una comprensión teórica.
Por esto es importante comprender el significado de aprendizaje multimedia: Complementar
[2] la presentación de un docente con textos, ilustraciones y sonido involucra al mismo tiempo las posibilidades y limitaciones pedagógicas del software.
Y esto está íntimamente relacionado con la forma en la que el Homo Sapiens percibe y decodifica la información.
La neurociencia cognitiva nos da tres teorías que describen como trabaja el Sistema Nervioso Central del Homo Sapiens.
1. Procesamos información a través de dos canales separados: un canal auditivo y verbal que procesa el sonido y los estímulos verbales, y un canal visual que procesa imágenes y estímulos visuales.
En una presentación con Power Point las palabras del orador y los efectos sonoros serán captados por la vía auditiva mientras que las palabras y las ilustraciones en la pantalla serán captadas por la vía visual.
Luego nuestra memoria de trabajo
[3] conectará, seleccionará y organizará los estímulos auditivos y visuales a través de los canales respectivos, antes de que las modalidades verbales y visuales se unan finalmente en la memoria de largo plazo. Todo esto parece sencillo pero NO lo es.
2. Ambos canales informativos tienen una capacidad de procesamiento limitada. Esto es de particular relevancia en el procesamiento de estímulos multimedia como el Power Point.
3. El aprendizaje requiere de una considerable actividad cognitiva en ambos canales. Cuando estamos en una situación de aprendizaje estamos expuestos en forma simultánea a palabras, imágenes y sonido, corriendo por lo tanto el riesgo de una sobrecarga cognitiva.
En la progresión desde la percepción sensorial a la memoria sensorial, y desde allí a la memoria de trabajo y finalmente a la memoria de largo plazo, TODA la enseñanza y el aprendizaje conllevan el riesgo de la sobrecarga cognitiva.
Si estoy muy ocupado viendo, no estoy escuchando adecuadamente. Si estoy muy ocupado escuchando no puedo leer o tomar apuntes correctamente.
En las presentaciones con Power Point la sobrecarga cognitiva es un riesgo constante. Porque estamos continuamente procesando diferentes representaciones como textos escritos, diseños, ilustraciones, gráficos, animaciones, efectos sonoros, etc.
Nuestro Sistema Nervioso Central NO tiene suficiente capacidad para procesar todo esto y las palabras del orador.
La retención y procesamiento de las múltiples y diferentes formas de representación absorben nuestra capacidad de pensamiento y llevan a la sobrecarga cognitiva.
Debido a que la información verbal y visual nos bombardean tan rápida y fragmentariamente, los miembros del auditorio no pueden ni procesar ni retener la información en su memoria de trabajo como así tampoco transferirla a la memoria de largo plazo.
Por todo esto es MUY importante que durante la presentación el docente, que esta realizando un “delivery” de información a su público, planifique la velocidad de entrega exacta de dicho “delivery” para no realizarla en forma rápida (el público no puede procesar ni retener y se “pone” en OFF) ni lenta (el público se aburre y también se “pone” en OFF).

Reundancia y foco retórico
La solución es simple y retórica. En primer lugar el docente debe resecar TODO aquello que no sea directamente relevante al foco principal y al objetivo deseado de la enseñanza.
En segundo lugar debemos generar redundancia.
Podemos hacer esto de dos maneras: Podemos repetir ideas en un periodo de tiempo o repetirlas simultáneamente, esto es comunicar el mismo contenido de diferentes maneras en el mismo momento.
Repitiendo ideas en un periodo de tiempo creamos una redundancia diacrónica, como cuando repetimos verbal o visualmente algo que presentamos anteriormente. Podemos decir o mostrar la misma cosa en diferentes formas, por ejemplo reformulando los mimos temas, dando diferentes ejemplos o primero presentando algo en forma oral y luego en forma escrita, o primero con una ilustración y luego con palabras.
También podemos crear una redundancia sincrónica, que es una repetición simultánea, comunicando algo verbal y visualmente al mismo tiempo. Podemos describir los elementos relevantes en una ilustración o enfatizar qué es lo que la audiencia debe observar en la pantalla.
Como hemos observado debemos ser concientes que el Power Point es una herramienta multimedia. Pero también debemos recordar que una presentación es primariamente una exposición oral.
La utilización de texto, sonido e ilustraciones deben apoyar al orador NO reemplazarlo. Por lo tanto debemos recordar los tradicionales objetivos retóricos de persuadir, enseñar y entretener.
Debemos recordar la doctrina retórica del inventio
[4], que nos enseña cómo encontrar el mejor contenido y los argumentos más convincentes. Y la cual nos enseña a preferir explorar un único argumento central en vez de recitar en forma superficial una “avalancha” de diferentes argumentos.
De la misma forma la doctrina retórica nos habla acerca del apropiado desarrollo de nuestro tema, el dispositio
[5], que las diferentes secciones de nuestra disposición tienen diferentes funciones: La introducción debe estimular el interés y ganar la buena voluntad y la credibilidad de nuestro público. La presentación del tema debe ser breve, clara y concisa. Nuestra argumentación debe proveer la prueba de nuestras tesis y refutar las objeciones de nuestros oponentes. Y nuestras conclusiones deben resumir los aspectos más importantes de nuestra presentación y ser un llamamiento relevante para los sentimientos y la acción de nuestro auditorio.
Esa palabrería que a menudo acompaña a las presentaciones de Power Point también se beneficiaría si prestara atención a los requerimientos retóricos acerca de que el lenguaje que usamos no solo debe ser claro, correcto y apropiado sino también VIVIDO. Es el uso de tropos
[6] y de un lenguaje figurativo que agudiza nuestros oídos y estructura nuestro pensamiento: Anécdotas y descripciones, aliteraciones[7] y asonancias[8], metáforas y metonimias[9]. A estos “dispositivos” verbales no se les da espacio cuando utilizamos las listas PowerPoint para presentar nuestro contenido.
Para evitar que estas reglas generales acerca de los argumentos, disposiciones y el uso del lenguaje se petrifiquen en categorías rígidas, como las plantillas del Power Point, deben estar siempre subordinadas a los requerimientos retóricos de atención a la funcionalidad y consideración de la situación concreta.
El orador debe elegir el momento correcto y oportuno según las necesidades del contexto y la situación (kairos) para decir lo que es pertinente y apropiado (aptum).

Funcionalidad antes que forma
A pesar de las objeciones en contra del Power Point muchas personas
NO ven ningún problema en este software. Dicen que uno no puede culpar a un martillo porque alguien lo usa para destruir en vez de para construir.
NO es Microsoft sino los usuarios incompetentes los que hacen las pobres presentaciones.
Podríamos decir que les falta conciencia y competencia retórica, que les falta alfabetización retórica de los medios.
Este argumento concuerda con la visión de Aristóteles de la retórica como una techné
[10] amoral, la tecnología de información tiene un carácter puramente instrumental. Aristóteles afirma que aparte de la virtud, las personas pueden usar incorrectamente todo, incluida la retórica. Es como el cuchillo, dice Aristóteles: En las manos del criminal puede ser utilizado para matar, mientras que en las manos de un cirujano puede ser usado para salvar vidas.
Aristóteles podía casi siempre tener razón pero debemos recordar la afirmación de Neil Postman acerca de que toda tecnología es una ideología.
Debemos escuchar a los especialistas en comunicación que nos enseñan que la comunicación forma y la tecnología influencia la manera que la gente piensa, habla y actúa. TODO tipo de tecnología, todo medio, tiene limitaciones, contiene ciertas posibilidades y restricciones.
Si clase tras clase exprimimos ideas complejas en series de diapositivas dispares, con plantillas rígidas y vinetas fragmentadas, simplificamos no solo el discurso y el contenido sino también la forma en que percibimos el tema. Es más, influenciamos TODAS nuestras formas de pensamiento.
Aristóteles tiene razón cuando dice que no es la herramienta o la tecnología en sí misma la que genera el problema.
El PowerPoint NO es el que “asesina” la enseñanza o el aprendizaje. Los docentes y oradores somos los que “asesinamos” la enseñanza y el aprendizaje.
Pero utilizar el PowerPoint es como tener una ametralladora AK-47 cargada sobre el escritorio: usted puede hacer cosas muy desagradables con ella.
Esto es algo que ciertamente debe evitarse, y la mejor manera es pensar retóricamente.

[1] La retórica es la disciplina transversal a distintos campos de conocimiento que se ocupa de estudiar y de sistematizar procedimientos y técnicas de utilización del lenguaje puestos al servicio de una finalidad persuasiva o estética del mismo, añadida a su finalidad comunicativa.

[2] Para que quede claro que el docente sigue siendo la figura central de la clase complementar significa “añadirle algo para completarlo”.

[3] La Memoria de trabajo está relacionada con el almacenamiento temporal de la información (memoria de “ultra” corto plazo). Consiste en la activación de un grupo de neuronas que se mantienen activas en la corteza prefrontal. Permite mantener activada una cantidad limitada de información necesaria para guiar la conducta "online". Algunos autores la comparan con la función de la memoria RAM en las computadoras.

[4] La finalidad de esta fase es establecer los contenidos del discurso. El término inventio procede del latín invenire que a su vez procede de un término griego que significa "hallazgo", pues de lo que se trata es de que el orador seleccione en un repertorio prefijado de temas aquellos que son los más adecuados a su exposición. Se trata de invenire ("hallar") en la memoria, llena de "tópicos" o "lugares" las ideas propias o heredadas de la sociedad en general, susceptibles de ser utilizadas en el discurso.

[5] Este término latino es una traducción del concepto de la retórica griega conocido como τἀξις que quiere decir "disposición". La finalidad de esta parte de la preparación discursiva es la organización de los elementos de la inventio en un todo estructurado. Son relevantes a este respecto el número de partes del discurso y su orden de aparición.
En cuanto a las partes, los discursos pueden presentar una estructura bipartita (en la que las dos partes mantienen una tensión recíproca dentro del conjunto) o tripartita (en la que se supone un desarrollo lineal con principio, medio y fin).
La estructuración tripartita, la más frecuente, consta de una parte inicial que tiene por objeto captar la atención del oyente e indicar a este la estructuración del discurso; una parte media con narratio (exposición del asunto y tesis del orador al respecto) y argumentatio (con las razones que sustentan dicha tesis); y, finalmente, una peroratio o recapitulación de lo dicho con apelaciones al auditorio.

[6] Figura retórica que consiste en emplear las palabras en sentido distinto del que propiamente les corresponde.

[7] Figura que consiste en la repetición notoria del mismo o de los mismos sonidos, sobre todo consonánticos, en una palabra o frase: "el ruido con que rueda la ronca tempestad" es un ejemplo de aliteración.

[8] Correspondencia de vocales a partir del último acento en dos o más palabras.

[9] La metonimia es un fenómeno de cambio semántico por el cual se designa una cosa o idea con el nombre de otra, sirviéndose de alguna relación semántica existente entre ambas.

[10] Para Aristóteles existe una importante diferencia entre techné y técnica, la segunda busca solamente la producción de un objeto útil, la primera busca un acto perfecto que contribuya a una vida cualificada, es decir, éticamente buena y políticamente justa.

4 comentarios:

  1. Como alumna he sufrido absolutamente todas las situaciones que describiste como incorrectas. He tenido que soportar clases con docentes que leían cada renglón de cada una de las 70 diapositivas que constituían la presentación.
    Y aún en este tipo de contextos uno como alumno intenta tomar apuntes de todo lo que dice el docente, sin analizar la información, sin procesarla, y hasta sin mirar el power point (debido a la rapidez con que cambia de diapositiva) hasta que se cansa. Y ese es el momento en que simplemente observa lo que sucede con cierta indignación, preguntándose qué hubiera sido de esos profesores si no tuvieran el power point.
    Creo que de alguna forma la falta de interés es contagiosa, el expositor sentado, dando la espalda a todo la clase, y leyendo palabra por palabra, con diapositivas realizadas de manera errónea (tiene fallas que parten desde la combinación de colores, hasta la cantidad de palabras), genera que el alumno prefiera pensar que toda esa información esta en un libro y que no vale la pena escucharlo.
    Encuentro imposible concentrarme cuando una persona habla sin mirarme, leyendo textualmente las diapositivas, y mismo al preguntarle dudas me responde dándome la espalda.
    Sin embargo, debo destacar que algunas de las mejores clases que he presenciado en mis 4 años de carrera de Medicina en el Hospital Italiano, han sido dictadas por vos, con lo cual me parece sumamente enriquecedor poder leer en tus textos lo que veo en tus presentaciones, para poder luego utilizarlo en futuras exposiciones.
    Nuevamente reitero el pedido que ha hecho otra persona en esta página, con respecto a que deberías dar más clases de historia de la medicina, como también de otro tipo de temas. Agradezco siempre tu buena predisposición para con el grupo.
    Saludos
    Ingrid Klass, alumna de 4 to año de la Escuela de Medicina del Hospital Italiano.

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  2. Estimada Ingrid: Muchísimas gracias por tus aportes (siempre es MUCHO más importante, sincera y realista la visión de la "víctima", en este caso la/el alumna/o, que la del docente) y por tus palabras hacia mi persona. Los problemas que describís (y el poco número de clases que doy en el Italinano) tienen, curiosamente una misma explicación: la necesidad de la profesionalización de la docencia universitaria.
    Para ejercer una profesión hay que sentir placer por ella, hay que aprender y entrenarse y luego hay que poder sobrevivir económicamente mediante ella.
    La inmensa mayoría de los docentes universitarios de la ciudad de Buenos Aires NO están profesionalizados (¡y ser profesor pero investigar el 90% del tiempo NO cuenta!).
    Se dedican parcialmente a la docencia (porque no les atrae o es económicamente inviable), su formación docente es escasa (o nula) y somos muy mal pagados.
    Y eso que un docente es mucho más peligroso que un cirujano, ya que éste mata de a uno por vez, nosotros matamos de a decenas.
    Desde hace 4 años tomé la decisión de dedicarme a tiempo cuasi-completo a la docencia pero para eso necesito instituciones que me digan (a 40 pesos la hora): Todos los martes del año lectivo de 8 a 11 hs usted va a dar clases de fisiología, neurología, historia, etc.
    Y luego viene el verano, durante el cual (como no hay clases) debo "hacer la plancha".
    Se necesita ser un "adicto" muy especial para esto. Pero así como hay gente que le gusta fumar o beber hay gente que nos gusta dar clases. Cariños. Robi

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  3. Me gustó del enfoque del último artículo más filosófico que técnico.

    Tengo la sensación que existen problemas comunes en países como los nuestros (Latinoamérica) con una tendencia a la disminución de la calidad de la educación en los diferentes niveles.

    Por que conocer como utilizar una herramienta (como el presentador de diapositivas más de moda) no nos garantiza utilizarla adecuadamente.

    Muchas veces no se cuenta con el tiempo para pensar que es lo importante y que es lo accesorio (no solo en el aspecto educativo, si no en nuestro estilo de vida), y creo que es un ejercicio que deberíamos realizar todos los días, sin importar nuestra actividad.

    Suerte en el emprendimiento que continúas realizando, un abrazo desde el Perú.

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  4. Estimado Hegel: ¡Muchas gracias por tus comentarios! Lamentablemente es muy cierto lo que decís: tenemos muy poco tiempo para reflexionar y creo que esto se debe, en parte, al ritmo "cocaínico" del mundo postmoderno en el que estamos inmersos. Un gran abrazo. Robi

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